Ella al principio se dirigía a Dios.
Cierra Jn la introducción del prólogo repitiendo la idea anterior, que expresaba la urgencia el amor de Dios, interpelado por su propio proyecto. Vuelve a nombrarse <<Dios>> (en griego con artículo), <<el Padre>>. Nadie toma su puesto (cf. 20,17) por ser él la fuente de la fuerza creadora y de la vida (cf. 14,28b). En 1,1-2, Dios aparece como término pasivo, toda la agentividad corresponde a la Palabra. Ni siquiera Dios la pronuncia, se la presenta dirigiéndose a Dios. Incluso cuando se habla expresamente de la creación (1,3), se sobrentiende que el agente es Dios, pero lo que se acentúa es la acción (dia) de la Palabra. Para Jn, desde la perspectiva del hombre, aparece en primer plano la Palabra, que se encarna en Jesús, ya que sólo a través de él y en él puede el hombre conocer a Dios (1,18).
No hay comentarios:
Publicar un comentario