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jueves, 7 de septiembre de 2023

Jn 21,9

 <<Al saltar a tierra vieron puestas unas brasas, un pescado encima y pan>>.

En <<la tierra>>, lo primero que ven no es a Jesús, sino el fuego y la comida que ha preparado, expresión de su amor a ellos. Jesús sigue siendo el amigo que se pone al servicio de los suyos. La eucaristía, señal de su acogida, es el don de Jesús a sus amigos, que corona la misión cumplida.

Los alimentos que ven los discípulos son los mismos que Jesús había repartido en la segunda Pascua: pan y pescado (6,9.11). El pan dio origen al discurso de Jesús sobre el pan de vida; lo identificó con su carne, dada para que el mundo viva (6,51); ése es el que ahora ofrece. Después de haber dado su vida, puede dar su pan, que es él mismo. En aquella ocasión fue Jesús quien repartió lo que todos tenían (6,9.11), ahora es él quien prepara de comer. Provee su alimento, que es vida para ellos.

sábado, 5 de agosto de 2023

Jn 20,9

 <<Es que aún no habían entendido aquel pasaje donde se dice que tiene que resucitar de la muerte>>.

El texto de la Escritura a que se refiere Jn es, sin duda, Is 26,19-21. Como en otras ocasiones (17,12; 19,28). Jn remite al lector a un texto citado anteriormente en el evangelio o al que ha hecho alusión en algún pasaje. Anunciando su resurrección a los discípulos, les había dicho Jesús: Dentro de poco dejaréis de verme, pero un poco más tarde me veréis aparecer (16,16). Esta ausencia breve, no definitiva, aludía a Is 26,19-21 LXX: <<Se levantarán los muertos, despertarán los que están en los sepulcros y gozarán los habitantes de la tierra. Anda, pueblo mío, ... escóndete un breve instante mientras pasa la cólera, porque el Señor va a salir de su morada ... La tierra descubrirá la sangre derramada y no ocultará a los asesinados en ella>> (16,16 Lect.). El anuncio de María a los discípulos llamaba a Jesús <<el Señor>>. Pensaba ella que se lo habían llevado, mientras el texto profético afirmaba que el Señor saldría de su morada.

Los discípulos no habían visto en la Escritura un testigo de Jesús (5,39). De ahí nacía el <<no sabemos>> de María (20,2). No sabían que se ha verificado el nacimiento del Hombre (16,21). Sin embargo, aun sin haber entendido aquel texto, el discípulo amigo de Jesús ha comprendido al ver las señales.

jueves, 20 de julio de 2023

Jn 19,9

 Entró de nuevo en la residencia y preguntó a Jesús: <<¿De dónde procedes tú?>>. Pero Jesús no le dio respuesta.

Pilato vuelve a entrar en la residencia llevándose a Jesús con él. Quiere escapar al ambiente de fuera, donde reina la pasión y el odio, expresados en los gritos de muerte sin justificación alguna. Fuera, Jesús no pronuncia palabra; la mala fe de sus enemigos impide todo diálogo. Dentro, por el contrario, ha respondido a Pilato sobre el sentido de su realeza (18,33-38a) y sigue dispuesto a dialogar con él. 

Pilato está ahora dominado por el miedo (19,8). La acusación de los Judíos contra Jesús: se ha hecho hijo de Dios, lo intranquiliza. La pregunta que le hace recuerda otros pasajes del evangelio (7,27: éste sabemos de dónde procede, mientras, cuando llegue el Mesías, nadie sabrá de dónde procede; 8,14: vosotros no sabéis de dónde vengo ni adónde me marcho; 9,29: ése ... no sabemos de dónde procede). Pilato pide a Jesús que declare cuál es su origen; dado el motivo de su temor, si su origen es humano o divino.

Jesús no le contesta. Para hacer justicia debe bastarle que Jesús sea un hombre, como él mismo ha proclamado (19,5). Jesús no se aprovecha del miedo de Pilato para forzarlo a darle la libertad. El juez tiene datos más que suficientes para dar sentencia. Además, el origen de Jesús sólo se descubre a través de sus obras (5,36; 10,25.38; 14,11). Ante los dirigentes judíos, Jesús se había negado a dar explicaciones sobre su persona (10,24: Si eres tú el Mesías, dínoslo abiertamente), remitiéndose a su actividad (10,25). Tampoco las da ahora a Pilato. Éste le había preguntado: ¿Qué has hecho? (18,35), y en su respuesta le había explicado Jesús que su realeza rechaza el uso de la fuerza y que su misión consiste en dar testimonio de la verdad. Ya tiene elementos de juicio.

Una alusión a su origen divino (cf. 7,28s; 8,19; 10,30.36) podría inclinar la balanza a su favor. Jesús no la hace; la decisión de Pilato ha de referirse al hombre, pues la opción ante éste es la opción ante Dios (5,27; 15,23 Lects.).

sábado, 1 de julio de 2023

Jn 18,9

 Así se cumplieron las palabras que había dicho: <<De los que me entregaste, no he perdido a ninguno>>.

Judas, por tanto, no le había sido entregado por el Padre. Para serlo hace falta aprender del Padre y dejarse impulsar hacia Jesús (6,44s). Judas, aunque externamente formaba parte del grupo, era ladrón, el polo opuesto del amor que comparte (12,6), enemigo de Jesús y del hombre (6,70; cf. 8,44), y no había nunca dado su adhesión a Jesús. Su destino dependía de su opción libre ante el ofrecimiento universal de vida que el Padre hace en Jesús (3,16s; 6,51; 12,47), pero lo ha rechazado hasta el último momento (13,27 Lect.). Pudo abandonar a Jesús cuando otros muchos lo hicieron (6,66s); sin embargo, siendo un enemigo, se había quedado con él hasta consumar la traición.

El gesto de Jesús, entregarse a la muerte, no permite que los suyos se pierdan. Pero no sólo negativamente, impidiendo que en aquella ocasión les quitasen la vida física, sino positivamente, por ser su entrega la que va a darles la vida definitiva (3,14s.16; 17,2).

jueves, 25 de mayo de 2023

Jn 16,9

 <<Primero, que tiene pecado, y la prueba es que se niegan a darme su adhesión>>.

Aparece claramente <<el mundo>> como un colectivo para designar el círculo dirigente que condenó a Jesús. Su pecado es el pecado del mundo; negarse a reconocer el proyecto creador (1,10 Lect.); es más, oponerse a él e intentar destruirlo en el hombre (1,5). Ese pecado ha llegado a su expresión máxima y definitiva al rechazar a Jesús (15,22 Lect.).

Jesús les había dado la posibilidad de salir de su pecado por la adhesión a él como Mesías (8,24: Si no llegáis a creer que yo soy lo que soy, os llevarán a la muerte vuestros pecados). Ellos, en cambio, se identifican con la opresión y el asesinato (8,44), y lo prueban dándole muerte. Ella marcará la oposición radical y definitiva entre Dios y los sistemas de opresión.

domingo, 16 de abril de 2023

Jn 14,9

 Jesús le contestó: <<Tanto tiempo como llevo con vosotros y ¿no has llegado a conocerme, Felipe? Quien me ve presente a mí, ve presente al Padre; ¿cómo dices tú: ´Haz que veamos al Padre´?>>.

Jesús le contesta con una queja. La convivencia con él, ya prolongada, no ha ampliado su horizonte. Anclado en la idea tradicional, no puede comprender que el Padre está presente en Jesús.

Explica aquí Jesús el contenido de la promesa hecha a los discípulos en el episodio de Felipe y Natanael: Veréis el cielo quedar abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar por este hombre (1,51). Como allí se ha explicado, el punto de comparación con Jacob estaba en la presencia de la gloria de Dios en Jesús; la presencia de la gloria-amor es la del Padre. Como los Judíos de Cafarnaún (6,42 Lect.) aún separa Felipe a Dios del hombre. No conoce el alcance de su amor ni de su proyecto. No concibe que en el Hombre esté presente y se manifieste Dios, que el Hombre sea Dios.

Como lo ha notado Jn, sólo después de la resurrección de Jesús comprendieron los discípulos ser él el nuevo santuario donde habita la gloria (2,22). Dios, por tanto, es visible en Jesús.

domingo, 19 de marzo de 2023

Jn 13,9

 Simón Pedro le dijo: <<Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza>>.

La reacción de Pedro muestra su adhesión personal a Jesús, aun sin entender su manera de obrar. Con tal de no separarse de él está dispuesto a hacer lo que quiera, pero por ser voluntad del jefe, no por convicción. Sigue siendo dependiente. No comprende la actitud vital que inspira la acción de Jesús y, por tanto, no podrá traducirla en actitud propia. Se muestra dispuesto a obedecer, pero no a imitar.

Al ofrecerse a que le lave las manos y la cabeza, Pedro piensa que el lavado es purificatorio. Si <<no dejarse lavar>> significa no ser aceptado, deduce que el lavado elimina algún obstáculo, alguna impureza o falta, y que es condición para ser admitido por Jesús, como lo era la purificación hebrea para acercarse a Dios. Si tiene que ser purificado de algo, está dispuesto. Juzgaba inadmisible la acción como servicio; como rito religioso, se presta a ella. Se trataría, en tal caso, de un acto único e individual como un rito de admisión.

Como en su idea del Mesías, también en este punto piensa Pedro en categorías judías, como los discípulos de Juan, que interpretaban su bautismo, gesto simbólico de ruptura con la institución judía, en clave de purificación tradicional (3,25 Lect.). Se refleja aquí el apelativo que Jesús había dado a Pedro en su primera entrevista: Simón, el hijo de Juan (1,42 Lect.), el discípulo de Juan que, como los de 3,25, no veía la novedad que éste anunciaba.

Ahora que ha conseguido explicarse el gesto de Jesús de manera compatible con sus principios, vuelve a llamarlo <<Señor>>, título que había suprimido en su reacción indignada (13,8: No me lavarás los pies jamás).

domingo, 5 de febrero de 2023

Jn 12,9

 Una multitud de judíos del régimen se enteró de que estaba allí y fueron no sólo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, al que había levantado de la muerte.

Jesús estaba <<allí>>. Esta determinación local recoge la de la perícopa anterior (12,2: le ofrecieron allí una cena) e indica el lugar de la comunidad cristiana, donde se celebra la vida rindiendo homenaje a Jesús presente.

El hecho de Lázaro tiene una vasta repercusión entre <<los Judíos>>. Con su obra, Jesús ha creado la esperanza. La vida que reina en su comunidad atrae a los que nunca la habían conocido por estar integrados en un sistema de muerte. La comunidad da testimonio ante el mundo, antes que con las palabras, con su nueva realidad. Lázaro, el muerto vivo, se convierte en figura de la comunidad cristiana, la de <<los resucitados de la muerte>>. El mundo futuro está presente en la historia.

Con su manera de proceder, la comunidad afirma que ha terminado la expectación, que la etapa definitiva ha llegado. Esto se percibe en la celebración de la comunidad en Betania, adonde va una multitud de judíos; allí el rito fúnebre ha quedado sustituido por la acción de gracias. Esta fe en la vida definitiva como presente da a la comunidad su fisonomía, consuma su ruptura con el pasado y la hace testigo de la salvación. La nueva realidad invalida toda la institución judía.

sábado, 20 de agosto de 2022

Jn 10,9

 <<Yo soy la puerta, el que entre por mí quedará a salvo, podrá entrar y salir y encontrará pastos>>.

Usando la misma imagen, describe Jesús, en segundo lugar, su relación con el hombre. Para el individuo, entrar por la puerta que es Jesús es lo mismo que <<acercarse a él>>, <<darle su adhesión>> (6,35), seguirlo o atenerse a su mensaje (8,31.51), lo que incluye, como en el caso anterior, asimilarse a él en la entrega al bien del hombre.

Respecto a los que entrar por él, Jesús es la alternativa que permite escapar a la muerte: quedará a salvo, porque él da vida definitiva (3,15ss; 5,21.24.40; 6,27.40.51.54; 7,37ss). Esta puerta se abre a la tierra de la vida, la del amor leal. El hombre quedará libre de la explotación a que estaba sometido.

Jesús se propone él mismo como alternativa al orden injusto, él crea el ámbito donde el hombre puede ser libre y gozar de la vida-amor que él comunica. Es la tierra prometida, la nueva comunidad humana de amor muto (6,21 Lect.), punto de llegada de su éxodo.

El hombre ejercerá su actividad a través de esa puerta, como lo expresa la frase: podrá entrar y salir; tendrá libertad de movimientos, pues Jesús hace andar a los inválidos (5,8.9.11.12; cf. 8,32.36).

La expresión encontrará pastos equivale a nunca pasará hambre, nunca pasará sed (6,34). El <<pasto>> de que habla Jesús se identifica con el pan de la vida que es él mismo. Hay un juego de palabras entre <<pasto>> (gr. nomê) y <<Ley>> (gr. nomos). La antigua Ley está sustituida por este <<pasto>> que encuentra el discípulo, que por contener el Espíritu, se convierte en la nueva Ley, la del amor leal (1,17; 13,34s).

La alternativa de Jesús es, pues, su comunidad, el lugar de la vida (quedará a salvo), de la actividad y libertad (podrá entrar y salir) y del amor y solidaridad mutua (el pasto).

viernes, 15 de abril de 2022

Jn 6,9

 ... le dice <<Hay aquí un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos pescados; pero ¿qué eso para tantos?>>.

Andrés no responde ni pregunta, sencillamente constata la realidad e informa. Vislumbra una solución distinta del comprar. Ve cuál es la situación concreta, los medios de que se dispone. Pero el resultado es descorazonador, ¿qué es eso para tantos? Querría mostrar su amor repartiendo lo que hay, pero no cree que haya suficiente. Sería bueno poder independizarse del sistema acaparador, pero es imposible, no hay medios.

En la frase de Andrés: Hay aquí un muchacho, la determinación local (aquí) hace referencia a la única determinación local aparecida antes (6,3: Subió Jesús al monte y se quedó sentado allí con sus discípulos). El lugar donde está el muchacho es el mismo donde están los discípulos. El muchacho representa, por tanto, al grupo de discípulos que está con Jesús. Esto explica que Andrés hable de los panes y pescados como de algo de lo que puede disponer.

Sin embargo, dado el uso del término paidarion en griego, la figura del <<muchacho>> caracteriza al grupo de discípulos como <<servidores>>, dispuestos a poner a disposición de la multitud los recursos de su pobreza. De hecho, Jesús servirá personalmente a los comensales los panes y los peces (6,11) y, en la escena del lavado de los pies, estrechamente conectada con ésta, después de su propia acción con los discípulos establecerá el servicio, expresión del amor, como actitud permanente de los suyos. La comunidad de Jesús se presenta, pues, ante el mundo como un grupo socialmente humilde, sin pretensión alguna de poder ni de dominio, dedicado al servicio de los hombres.

Existe, sin duda, un juego de palabras entre Andrés (= varonil) y los hombres adultos (andrés, varones), mencionados a continuación (6,10). Aparece así un contraste entre Andrés, el hombre adulto y, por tanto, independiente, y el <<muchacho>>, que él mismo constituye en figura de la comunidad. Ésta es, por una parte, varón adulto, es decir, hombres acabados por el Espíritu (3,5.6 Lects.; cf. 6,10); por otra, ante la humanidad, el grupo de discípulos se presenta sin pretensiones ni poder, sino como una comunidad al servicio de todos.

Los números cinco y dos, que sumados dan siete, indican una totalidad: todo lo que tienen se pone a disposición para ser distribuido.

La mención de los panes de cebada y la respuesta de Andrés están inspiradas en 2 Re 4,42-44 <<Uno de Baal Salisá vino a traer al profeta el pan de las primicias, veinte panes de cebada y grano reciente en la alforja. Eliseo dijo ´Dáselos a la gente, que coman´. El criado replicó: ´¿Qué hago yo con esto para cien personas?´Eliseo insistió: ´Dáselos a la gente, que coman, porque así dice el Señor: Comerán y sobrará´. Entonces el criado se los sirvió, comieron y sobró, como había dicho el Señor>>.

Este pasaje explica varios detalles de la escena de Jn. En primer lugar, la especificación panes de cebada, que pone en relación las dos escenas. En segundo lugar, el tema del escepticismo (el criado/Andrés) y el de la insuficiencia, que, prodigiosamente, se resuelve. Además dará pie al reconocimiento de Jesús por parte de la gente como <<el Profeta>> (6,14) mayor que Eliseo.

domingo, 17 de octubre de 2021

Jn 4,9

 Le dice entonces la mujer samaritana: <<¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?>> (porque los judíos no se tratan con los samaritanos).

La respuesta de la mujer refleja su extrañeza, no puede comprender como un judío pida de beber a una mujer samaritana. La razón que da Jn, que los dos pueblos no se trataban, se comprende perfectamente en el contexto histórico expuesto al principio. Jesús, por su parte, ha derribado la barrera que los separaba. Además, al expresar una petición, elimina la superioridad proverbial de los judíos respecto a los samaritanos. Él se presenta simplemente como un hombre, necesitado como todos; se pone en situación de dependencia y reconoce que ella puede ofrecerle algo indispensable. Al colocarse en el nivel de la necesidad corporal afirma la igualdad (cf. 2,21: su cuerpo; 19,31: los cuerpos), suprime la discriminación y dignifica a la mujer. Le ha mostrado su confianza, pero ella no ha vencido aún su reserva.

miércoles, 1 de septiembre de 2021

Jn 3,9

 Replicó Nicodemo: <<¿Cómo es posible que eso suceda?>>.

Nicodemo se había mantenido en la línea del <<cómo>> (3,4), suponiendo conocido lo que tenía que nacer, el Israel reformado. Jesús lo ha pasado a la línea del <<qué>>, porque lo que tiene que  naces es el hombre nuevo. Ante el cambio de planteamiento, el fariseo muestra su desorientación y su escepticismo. El legalista no cree posible esa clase de vida.

Jn 21,24-25

  Jn 21,24a Jn 21,24b Jn 21,25  La comunidad presenta el testimonio del evangelista. Autor del Evangelio, el discípulo predilecto de Jesús. ...