- Jn 11,28
- Jn 11,29-30
- Jn 11,31
- Jn 11,32
- Jn 11,33
- Jn 11,34
- Jn 11,35-36
- Jn 11,37
- Jn 11,38a
- El recado a María en voz baja (28) delata la hostilidad que reinaba contra Jesús en los ambientes judíos. El Maestro, de cuyos labios va a oír María lo mismo que Marta. María, que representa a la comunidad apenada por la muerte, reconoce la llamada de Jesús (10,3s) (29-30). Los visitantes interpretan su salida como un nuevo impulso de dolor, como si el sepulcro la llamase (31); lo único que conciben es el llanto. Sin esperárselo, van a encontrarse con Jesús.
- El dolor de María es más expresivo que el de Marta (32: se le echó a los pies). Palabras casi idénticas a las de su hermana; nuevo reproche implícito. La repetición subraya no ser misión de Jesús preservar a los suyos de la muerte natural. Jesús no le responde; el dolor de esta muerte no puede encontrar más consuelo que la vida misma.
- María y los visitantes lloran desconsolados, por la inevitabilidad y definitividad de una muerte sin esperanza. Jesús se reprime; no quiere participar en esta clase de dolor. Diferencia entre el dolor desesperanzado de María, igual al de los judíos que no creen en Jesús, y el dolor sereno de Jesús mismo (35). Comentarios (36-37). Jesús va al sepulcro (38a) para manifestar la gloria/amor de Dios, que salva al hombre de una muerte irreparable.
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