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domingo, 5 de marzo de 2023

Jn 12,50

 y sé que su mandamiento significa vida definitiva; por eso, lo que yo propongo, lo propongo exactamente como me lo dejó dicho el Padre.

Los <<mandamientos>> o encargos del Padre a Jesús son un modo de expresar la misión mesiánica. En 10,17s exponía Jesús el mandamiento referente a su persona: Yo entrego mi vida y así la recobro ... Este es el mandamiento que recibí de mi Padre. Con ese don de sí continuo hasta el final completa Jesús la consagración mesiánica recibida (17,19), manifestando un amor que en su muerte llega a ser igual al del Padre (19,28 Lect.): es la realización plena del Hombre-Dios (19,30: Queda terminado), principio de la nueva humanidad.

Este segundo mandamiento o encargo se refiere a la actividad de Jesús con los hombres: encierra <<la doctrina que no es suya, sino del Padre>> (7,16.17; cf. 8,28), <<los mandamientos suyos>> a sus discípulos, que corresponden a los del Padre a Jesús (15,10). Pero este mandamiento no es independiente del primero: es el mensaje y la exigencia de un amor por el hombre igual al suyo, la invitación a entregarse como él se ha entregado (12,24-26; cf.13,34). Propone a los hombres que realicen también ellos el designio de Dios: que, dándole adhesión, tengan vida definitiva (6,39s). De ahí la expresión que sigue: sé que su mandamiento significa vida definitiva. Jesús no se desvía ni por un momento de ese mensaje (lo propongo exactamente), del que depende la existencia de la humanidad nueva.

Vuelve Jesús a subrayar su fidelidad al Padre y su identidad de propósito con él (4,34; 5,30; 6,38; 8,28s; 10,30.38). Deshace toda ilusión de acceso a Dios o de fidelidad a él apoyados en modos de obrar diferentes del suyo. Los que rechazan su mensaje no cumplen el designio de Dios y, en consecuencia, no tienen vida (cf. 6,53). La antigua Ley ha caducado. Advierte que no cabe relativizar sus palabras: él transmite exactamente lo que el Padre le ha comunicado (8,28.38.40). No existe una voluntad o un designio de Dios que pueda oponerse a lo que expone Jesús, ni instancia superior a él a quien pueda apelarse en contra suya, pues el Padre está identificado con él y él con el Padre (10,38).

Denuncia implícitamente la ignorancia y la mala fe de sus adversarios que, bajo capa de fidelidad a la antigua Ley, se oponen a Dios (5,37s; 7,19; 8,54s). Lo demuestran al rechazarlo. Ellos viven para su propia gloria y desconocen y desprecian la gloria de Dios (5,44; 12,43).

Moisés en su última alocución había prometido vida a los que pusieran por obra todos los artículos de la Ley (Dt 32,46ss): <<porque no son palabra vacía para vosotros, sino que por ella viviréis y prolongaréis la vida en la tierra que vais a tomar en posesión después de pasar el Jordán>>. Jesús ha venido a sustituir aquella Ley por el mensaje que da la vida definitiva (cf. 5,24).

SÍNTESIS

Jesús es la única relevación plena de Dios; por eso la adhesión a él es la adhesión al Padre. Toda idea o teoría sobre Dios que no sea compatible con lo que se ve en Jesús es falsa; Dios no es una idea, es el Padre, persona, vida y amor, y se manifiesta en Jesús y en su actividad en favor del hombre. Los enemigos de Jesús son los de Dios, lo que siguen a Jesús son hijos de Dios, como él es <<el Hijo>>.

La misión dada por el Padre a Jesús es ofrecer al hombre una alternativa a su estado de frustración y fracaso, dar la posibilidad de salir de la opresión en que vive bajo un orden injusto que se le impone y lo maltrata (la tiniebla).

Jesús no discrimina; su misión no se limita a un pueblo, se extiende a la humanidad entera, objeto del amor del Padre, el Dios creador. El hombre, sin embargo, queda en libertad de aceptar su ofrecimiento; pero el rechazo de la vida lleva en sí la opción por la muerte. Su  mensaje es el del Padre, y es vida definitiva. No existe otro mensaje de vida más que el de Jesús: amar hasta el límite como él ha amado.

jueves, 11 de agosto de 2022

Jn 8,50

 <<aunque yo no busco mi gloria; hay quien se encarga de eso y es juez en el asunto>>.

A Jesús no le importa el concepto que tienen de él, pues no busca su prestigio personal. Con esto les indica que no se acobarda por su ofensiva; seguirá actuando como hasta ahora. No son ellos el último tribunal.

sábado, 1 de enero de 2022

Jn 4,50

 Jesús le dijo: <<Ponte en camino, que tu hijo vive>>. Se fio el hombre de las palabras que le dijo Jesús y se puso en camino.

Jesús no necesita bajar a Cafarnaún. Él comunica vida con su palabra, que, siendo palabra creadora (1,3), no está circunscrita a un lugar, sino que puede llegar y llega a todo lugar. Da vida al enfermo directamente, sin exigir condición alguna. La vida del hombre interesa a Jesús tanto como al padre.

Jesús no habla de curación, sino de vida. Se insinúa con esto que la vida que él ha comunicado al enfermo no es una mera restitución de la salud, una continuidad de la vida recibida del padre, sino una nueva calidad, la vida definitiva, como aparecerá en los episodios que siguen. Es una vida que no depende de la que el padre le había dado y que lo hace, por tanto, independiente de él. La liberación que hace Jesús de todo factor de muerte se efectúa de manera positiva por la comunicación de vida al hombre mismo; es la vida nueva la que permite al hombre quedar libre de lo que le impedía vivir. Al aceptar la denotación de <<chiquillo>> como <<menor>>, la frase de Jesús recuerda al funcionario su verdadera relación con el enfermo: no es un <<chiquillo>>, sino un <<hijo>>, un igual.

La anterior confesión de impotencia por parte del poderoso y la palabra de Jesús que comunica vida muestran ser él el único salvador del hombre, en toda su extensión: todo factor de muerte, desde la opresión hasta la enfermedad y la muerte física quedan superadas por la calidad de vida que sólo él puede comunicar.

Jesús dice al funcionario que se ponga en camino y vea la realidad de lo sucedido. Con su invitación, lo pone a prueba, para ver si renuncia a su deseo de señales espectaculares. Si el hombre acepta la invitación de Jesús, verá que su hijo ha salido de su situación de muerte.

Él que pedía a Jesús como poderoso, cree ahora como <<hombre>>; antes se definía por su función, ahora por su condición humana, presupuesto para toda relación personal (4,7-8 Lect.). Se fía de las palabras de Jesús y, sin más, se pone en camino. Ha renunciado a su mentalidad de poder y a las señales portentosas. Jesús ha actuado sin ostentación de fuerza.

Con su respuesta indica Jesús que la salvación que él trae no requiere la colaboración del poderoso. Él va a ocuparse directamente del hombre, en su condición de debilidad y de muerte.

lunes, 23 de agosto de 2021

Jn 1,50

 Jesús le contestó así: <<¿Es porque te he dicho que me fijé en ti debajo de la higuera por lo que crees? Pues cosas más grandes verás>>.

Jesús calma el entusiasmo de Natanael. Al que exultaba por la renovada elección de Israel le declara que eso es poco al lado de lo que significa su misión de Mesías. De hecho, en 21,2 Natanael se encontrará integrado en la comunidad de discípulos que trabajan entre los paganos (Tiberíades, los siete, 21,1-2 Lect.); podrá apreciar que la salvación del Mesías no se limita al antiguo pueblo, que la elección (me fijé en ti) no significaba exclusividad.

Jn 21,24-25

  Jn 21,24a Jn 21,24b Jn 21,25  La comunidad presenta el testimonio del evangelista. Autor del Evangelio, el discípulo predilecto de Jesús. ...