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viernes, 8 de septiembre de 2023

Jn 21,16b

 Le respondió: <<Señor, sí; tú sabes que te quiero>>. Le dijo: <<Pastorea mis ovejas>>.

La respuesta de Pedro es la misma, afirmando su vinculación a Jesús como amigo y remitiéndose a su saber. El encargo que Jesús le da difiere del anterior en sus dos palabras principales: en vez de <<corderos>>, menciona <<ovejas>>, en lugar de <<apacentar>>, <<pastorear>>. Esta frase recoge varios temas anteriores. En primer lugar, recuerda el expresado en 10,11: Yo soy el modelo de pastor. El pastor modelo se entrega él mismo por las ovejas. Jesús está indicando a Pedro la necesidad de seguir sus pasos, de estar dispuesto a dar la vida por los hombres: Quien entra por la puerta es pastor de las ovejas (10,2). Pedro ha de entrar, siguiendo a Jesús, para sacar a las ovejas del recinto donde son explotadas y sacrificadas (10,3-4). El dicho hace alusión directa a la negación de Pedro, pues éste negó a Jesús precisamente por miedo a seguirlo arriesgando su vida cuando él iba a darla (18,17 Lect.). Pide Jesús a Pedro que le demuestre su amor siguiendo el camino que no se atrevió a seguir en aquella ocasión; que se confiese discípulo, en vez de negarlo.

La comunidad de Jesús continúa su obra y su presencia en el mundo. A ella ha hecho él participar de todo lo suyo: serán hijos de Dios (1,12), estando donde está él (17,24), sus amigos (15,15) y hermanos (20,17), los consagrados (17,17; cf. 10,36), los portadores de la gloria de Jesús y del Padre (17,10.22), los que proclaman su mismo mensaje (17,20) y producen su fruto (15,16). También los asocia a su oficio de pastor, que tiene como característica entregarse por las ovejas (10,11).

Se ve aquí que las dos metáforas que usa Jesús en este pasaje: <<apacentar>>, <<pastorear>> describen de nuevo lo ya expresado valiéndose de otras imágenes; en particular con la de <<comer su carne y beber su sangre>>, en cuanto el discípulo, al recibir el don de Jesús, toma por norma su vida y muerte, expresión de su amor hasta el extremo (13,1). Jesús exhorta de nuevo a Pedro a traducir en su vida el compromiso de la eucaristía en que acaba de participar (21,13).

Como la imagen del pastor (10,2-3 Lect.), también el verbo <<pastorear>> se usaba en el sentido de <<gobernar>> (cf. Sal 78,70s: <<Escogió a David, su siervo, lo sacó de los apriscos del rebaño; de andar tras las ovejas, lo llevó a pastorear a su pueblo>>). Pero Jesús ha cambiado el significado del pastoreo, como el del señorío y la realeza. Ser Pastor, Señor, Rey, significan para él una sola cosa: entregarse por amor. Ha eliminado de aquellos títulos todo rasgo de superioridad o dominio. Así lo recalcará en la tercera pregunta a Pedro.

Las ovejas de Jesús han de ser reunidas (cf. 11,52). Él tiene ovejas que no están en el recinto de Israel, es decir, que pertenecen a otros pueblos. También esos hombres aceptarán su mensaje y habrán de formar un solo rebaño con los de origen judío (10,16). Esa labor de reunión toca a sus discípulos, y eso significa la pesca. Las ovejas de Jesús no son sólo, por tanto, los miembros de la comunidad, sino todo hombre dispuesto a responder a su mensaje, aunque no lo conozca todavía. El pastoreo que ejercen los suyos no concierne las relaciones intracomunitarias, donde todos tienen el mismo vínculo con Jesús y es él el centro de quien todos directamente reciben vida (6,54-57; 7,37-39; 10,10; 14,23; 15,4.5-9); se refiere a la misión que ofrece la vida a los que escuchan la voz de Jesús. Los que responden a su llamada lo siguen fuera de la institución opresora (10,4-5). Los discípulos tendrán que hacer resonar esa voz para que otras ovejas puedan formar parte de la nueva comunidad.

Para la misión, Jesús es el modelo de pastor (10,11), porque él se entrega por las ovejas; para la comunidad formada es el único pastor (10,16), por ser su centro (20,19.26), de donde irradia el amor y la vida (17,24; cf. 1,14.16).

jueves, 27 de julio de 2023

Jn 19,16b

 <<Tomaron, pues, consigo a Jesús>>.

Pasa al poder judío la responsabilidad plena de la muerte de Jesús. Los que no lo habían acogido como palabra de vida (1,11) lo acogen ahora para matarlo. Es la tiniebla que quiere apagar la luz (1,5).

lunes, 3 de julio de 2023

Jn 18,16b

 <<Salió entonces el otro discípulo, el conocido del sumo sacerdote; se lo dijo a la portera y condujo a Pedro dentro>>.

El otro discípulo, representante de la comunidad fiel, va a ofrecer a Pedro la oportunidad de declararse discípulo y poder seguir a Jesús en su entrega y muerte. Su libertad de movimientos en este ambiente hostil sigue ilustrando el dicho de Jesús sobre el desprecio del peligro (12,25). Es libre porque no tiene miedo a morir.

Aparece la figura de <<la portera>>, en paralelo con <<el portero>> (hê/ho thurôros) que abría al que entraba en el atrio (10,3), reconociendo su derecho. El otro discípulo, como Jesús, ha entrado porque lo tenía; no entra para robar y destruir, sino para salvar y dar vida (10,1s.3s.10). Ahora es él quien persuade a la portera de que deje entrar a Pedro.

Pedro no entra espontáneamente, se deja conducir, como la primera vez, cuando Andrés lo condujo a Jesús (1,42 Lect.). Aunque es llevado dentro, no ha dado el paso, sigue en su postura. Así lo indica también el uso del mero sobrenombre (condujo a Pedro).

domingo, 14 de mayo de 2023

Jn 15,16b

 <<y os destiné a que os marchéis, produzcáis fruto y vuestro fruto dure>>.

Jesús ha elegido a los discípulos para una misión como la suya (17,18; 20,21). En el contexto de aquella cultura esa frase adquiere un gran significado: los discípulos no son jornaleros que suplican ser admitidos al trabajo; son colaboradores elegidos por Jesús antes que ellos pudieran ofrecerse. No los admite en condiciones de inferioridad, sino en plano de amistad y ayuda (12,26).

El objetivo de su llamada es la misión; ésta pertenece a la esencia del discípulo. Vuelve a eliminar toda pretensión de comunidad cerrada; ellos han de continuar su labor con la humanidad. En esa misión, además, les da libertad (cf. 101,8; 13,3); serán ellos los que se marchen, los que produzcan un fruto que es suyo propio, y un fruto durable. Jesús no absorbe a los suyos, los hace adultos para que ellos sigan sus pasos. Tampoco en la misión crea dependencia.

Los discípulos han de marcharse a recorrer, en medio de la humanidad, su camino hacia el Padre (14,6), el de su entrega progresiva a los demás. En la actividad, el Padre y Jesús estarán con ellos (14,23). El propósito de Jesús es llevar a cabo la creación del hombre; hacer hombres adultos, libres y responsables, animados por su mismo Espíritu, que reproducen sus rasgos en medio del mundo. A través de ellos se irá realizando la salvación.

Jesús espera que la labor de los suyos tenga un impacto duradero, que vaya cambiando la sociedad: que vuestro fruto dure. La eficacia de la tarea no se mide tanto por su extensión como por su profundidad, de la que depende la duración del fruto. Cuanto más fuerte sea el vínculo creado con Jesús y la intensidad de su vida en los nuevos miembros, más permanente será.

martes, 16 de agosto de 2022

Jn 9,16b

 Otros, en cambio, decían: <<¿Cómo puede un hombre, siendo pecador, realizar semejantes señales?>>. Y estaban divididos.

Un segundo grupo de fariseos duda. Ser pecador, prácticamente equivalente de impío, descreído, parece incompatible con la señal tan clamorosa que acaba de realizar Jesús. Ellos, además, hablan de <<señales>> en plural, conocen su actividad. Descubren que el hecho <<señala>> a una realidad superior, que no puede ser más que de Dios. Pero lo que les impresiona es la calidad de la acción: descubren en ella el poder de Dios, o el amor del Padre. El grupo está dividido, Jesús hace vacilar su seguridad.

Jn 21,24-25

  Jn 21,24a Jn 21,24b Jn 21,25  La comunidad presenta el testimonio del evangelista. Autor del Evangelio, el discípulo predilecto de Jesús. ...