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martes, 5 de septiembre de 2023

Jn 21,7a

 El discípulo aquel a quien Jesús quería le dice entonces a Pedro: <<Es el Señor>>.

El sorprendente resultado de la indicación de Jesús hace que un discípulo lo reconozca. Es el discípulo a quien Jesús quería, que, como se ha visto, ha aparecido ya en tres ocasiones en contraste con Pedro (13,23; 18,15 Lect.; 20,2). Este discípulo reconoce la presencia del Señor en la abundancia de la pesca, es decir, en el fruto de la misión (15,5). El que fue testigo de la vida que brota de Jesús en la cruz (19,35) reconoce el fruto de vida.

Como en el sepulcro, está en contraste con Pedro. Ante las mismas señales, sólo este discípulo creyó que Jesús vivía (20,8). Ante la misma pesca, él descubre la presencia del Señor y Pedro no. Sólo el que tiene experiencia del amor de Jesús sabe leer las señales. La fecundidad de la misión es señal de Jesús presente, como la infecundidad delataba su ausencia, es decir, la falta de práctica de su mensaje.

Aparece de nuevo el sobrenombre aislado (Pedro), indicando que el discípulo no ha dado aún el paso decisivo, aceptando el servicio hasta la muerte por amor al hombre, siguiendo a Jesús. El evangelista no recuerda en este momento, cuando va a cambiar de actitud.

El otro discípulo comunica su intuición a Pedro. Así el narrador centra la atención sobre éste, para hacer resaltar la acción que sigue.

lunes, 15 de agosto de 2022

Jn 9,7a

 y le dijo: <<Márchate a lavarte a la piscina de Siloé (que significa ´Enviado´>>.

El proyecto de Dios manifiesta su amor por el hombre. Jesús se lo ha mostrado, pero la curación no sucede automáticamente; el ciego tiene que aceptar la luz y optar libremente por ella (3,19-21; cf. 1,12: a cuantos la recibieron, los hizo capaces de hacerse hijos de Dios, a esos que mantienen la adhesión a su persona).

La opción libre del hombre se manifestará yendo a la piscina según la orden de Jesús; si sigue el camino que él le marca y va al sitio que le dice, encontrará la luz; el que era <<carne>> nacerá del Espíritu (3,6).

La piscina de Siloé, que no ha de ser confundida con la fuente del mismo nombre, se encontraba fuera de los muros de la ciudad. Se hacían allí los baños/bautismos de los prosélitos paganos. Respecto a la salvación que él trae, Jesús pone al judío en el mismo plano que al pagano. El nombre de la piscina está interpretado por Jn. El nombre original (aram. siloah / siloha) significaría emisión/envío [de agua] o bien `[agua] emitida/enviada. El evangelista adapta el nombre para aplicarlo a Jesús <<el Enviado>> (cf. 3,17; 4,34; 5,24.30.37, etc., y, poco antes, 9,4). No se menciona el agua de la piscina, que es, por tanto, el agua del Enviado, el Espíritu que manará de su entraña (7,37-39; 19,34).

Es la segunda piscina que se menciona en este evangelio. La primera estaba dentro de la ciudad (5,2: en Jerusalén, junto a la Ovejera) y tenía cinco pórticos, figura de la Ley (5,2 Lect.). La segunda está fuera de la ciudad, y es la piscina del Enviado. En la primera, el agua se agitaba periódicamente; como se ha visto, este hecho es en el evangelio figura de las agitaciones mesiánicas en las que el pueblo ponía su esperanza (5,7 Lect.). La de Siloé recuerda el texto de Is 8,6-7: <<Ese pueblo ha despreciado el agua de Siloé que corre mansa ... sabed que el Señor hará que los sumerjan las aguas del Éufrates, torrenciales e impetuosas>>.

La doble mención de untar/ungir (9,6.11) y la de la piscina (9,7), término que será utilizado para designar la fuente bautismal cristiana, muestran que se lee la actividad de Jesús a través de los ritos de iniciación de una comunidad.

sábado, 30 de julio de 2022

Jn 7,7a

 <<El mundo no tiene motivo para odiaros>>.

No hay conflicto entre ellos y <<el mundo>>, porque no disienten de él ni protestan contra él, son adictos suyos. Esa es la razón por la que no se adhieren a Jesús. Identificados con la institución (7,1; los dirigentes judíos), no ven la necesidad de cambio ni alimentan esperanza de mejora. Son gente sometida, dócil, por eso participan en la fiesta de los opresores. Ellos no se sienten excluidos (5,3 Lect.); no desean, por tanto, ser curados (5,6) ni ansían libertad (5,14 Lect.).

<<El mundo>> es aquí una entidad capaz de odiar y de obrar (7,7b: a mí me odia; su modo de obrar es perverso); está en paralelo con 7,1; los dirigentes judíos, que trataban de matarlo. <<El mundo>>, por tanto, se identifica con <<los Judíos>>, en particular con los dirigentes. El colectivo <<el mundo>> los describe como un todo cerrado, una corporación o sistema de poder. Al mismo tiempo, por la denotación universal de <<el mundo>>, este sistema se convierte en tipo de todo sistema opresor (1,5 Lect.).

Jn 21,24-25

  Jn 21,24a Jn 21,24b Jn 21,25  La comunidad presenta el testimonio del evangelista. Autor del Evangelio, el discípulo predilecto de Jesús. ...