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domingo, 15 de enero de 2023

Jn 11,53

 Así aquel día acordaron matarlo.

El discurso de Caifás tiene pleno éxito, la adhesión es unánime. El líder ha formulado lo que todos llevaban dentro (11,47: ¿Qué hacemos? ... Si lo dejamos seguir así ...). Han formulado su sentencia, y saben lo que tienen que hacer; la muerte de Jesús no se hará por un linchamiento, como han intentado en otros casos (8,59; 10,31), sino por una decisión oficial y fría, políticamente justificada.

No han celebrado un juicio formal, pero no era necesario, porque no pretendían hacer justicia, sino defender sus propios intereses. La condenación de Jesús es un hecho, aunque no lo han escuchado, como exigía Nicodemo de acuerdo con su Ley (7,51). Pero ellos, que la defienden y la utilizan, no la cumplen (7,19a), y menos que nunca cuando buscan matarlo (7,19b). Tienen por padre al Enemigo, homicida desde el principio (8,44).

SÍNTESIS

El sistema de poder judío identifica la supervivencia del pueblo con la suya propia. Así justifica su oportunismo político y la injusticia que comete. Como institución religiosa, esa táctica lo lleva a su propia ruina, pues deja de ser realidad significativa de la presencia de Dios en la humanidad. La actividad de Jesús en favor del hombre lo ha interpelado seriamente; es la de Dios que trabaja en la historia. Pero ellos ahogan la interpelación aniquilando al mismo Dios. La institución queda vacía de su presencia. Al firmar la sentencia contra Jesús, deja de existir.

jueves, 11 de agosto de 2022

Jn 8,53

 <<¿Acaso eres tú más que nuestro padre Abrahán, que murió? También los profetas murieron. ¿Quién pretendes ser?

Insisten en la idea de la muerte inevitable. Los causantes de muerte (8,40.44) son incapaces de comprender una promesa de vida. Sospechan que Jesús se pone por encima de Abrahán, al que llaman de nuevo <<nuestro padre>> (cf. 8,39a), aun cuando Jesús les ha negado su condición de hijos (8,39b). La respuesta está construida como la de la samaritana: ¿Acaso eres tú más que nuestro padre Jacob? (4,12). Cada pueblo apela al antecesor ilustre, que le da su identidad. Pero así como la mujer recordaba a Jacob como dador de un pozo, éstos no se acuerdan de que Abrahán era el receptor de una promesa; sólo mencionan su muerte. Para ellos es ya sólo un pasado, no una esperanza. Abrahán no los lleva al Mesías, cumplimiento de la promesa.

También los profetas murieron, los que anunciaban la restauración, sobre cuyos escritos se había edificado la esperanza mesiánica. Ni por parte de Abrahán ni de los profetas esperan nada del futuro, todos han muerto. Para ellos sigue vivo únicamente Moisés, de quien se profesan discípulos (9,28); pero han deformado sus escritos, cercenando de ellos la esperanza que anunciaban (5,46) y utilizando la Ley para oprimir al hombre, contra lo que pretendió Moisés (7,19-24). Por eso él mismo los acusa (5,45).

Los dirigentes no se preguntan si Jesús será el Mesías, que, al menos en el judaísmo más reciente, se consideraba superior a Abrahán. Le preguntan de nuevo por su identidad (cf. 8,25), pero ahora con tono escéptico: ¿Quién pretendes ser? No llegan nunca a una conclusión propia (8,19.25), porque rehúsan examinar los hechos (cf. 7,31).

sábado, 1 de enero de 2022

Jn 4,53

 Cayó en la cuenta el padre de que había sido aquella la hora en que le había dicho Jesús: <<Tu hijo vive>>, y creyó él con toda su familia.

El hombre ve la eficacia de las palabras de Jesús. Éste no ha accedido a su deseo, pero no se ha desentendido del enfermo. Cuando constata que no se trataba de mejoría, sino de curación (se le quitó la fiebre), comprende todo el alcance de las palabras de Jesús, y que es <<su hijo>> el que vive. A esta comprensión puede corresponder la denominación <<el padre>>, explicada en el prólogo como la de aquel que comunica al hijo único toda su riqueza, haciéndolo igual a él (1,14; 3,35). Esta interpretación revela la causa que privaba de vida al enfermo/pueblo: el dominio del poderoso, que creaba la dependencia y suprimía la libertad. La dependencia expresada al principio ha desaparecido. Entonces cree en Jesús, él y toda su familia. Al percibir la vida que da Jesús, la manifestación de su gloria (2,11), llega a la fe, le da su adhesión verdadera.

La entrevista del funcionario con Jesús y la aceptación de su palabra puede representar el horizonte final que se abre ante el éxodo de Jesús, no sólo fuera de las instituciones, sino también fuera de los límites del Israel tradicional (11,54 Lect.). Así se explicaría la frase: creyó él y toda su familia / casa. En los episodios precedentes se hablaba de Judea (3,21) o de Samaría (4,4). Entre los paganos, sin embargo, para designar una comunidad no se la podía mencionar como <<raza>> o <<pueblo>>, había que recurrir a la unidad <<casad / familia>>, común a todos los pueblos. El término evoca, por contraposición, <<la casa de Israel>>, la de los suyos que no lo recibieron. La perspectiva se ensancha: cualquier <<casa>> puede recibir el mensaje de vida.

Jn 21,24-25

  Jn 21,24a Jn 21,24b Jn 21,25  La comunidad presenta el testimonio del evangelista. Autor del Evangelio, el discípulo predilecto de Jesús. ...