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viernes, 28 de julio de 2023

Jn 19,23-24

 

  • Jn 19,23a
  • Jn 19,23b
  • Jn 19,24
  • Son cuatro soldados paganos quienes reciben la herencia de Jesús. Se mencionan los soldados al principio y al fin de la perícopa. En el AT, el manto (23) es símbolo del Reino (1 Re 11,30-31); 1 Sm 15,27); los soldados dividen en cuatro partes el manto/reino de Jesús, el rey de los judíos, y se lo apropian; los paganos quitan a los judíos su rey para hacerlo suyo. Cuatro partes, alusión a los cuatro puntos cardinales: universalidad del Reino. La túnica intacta (24): su unidad interior e indivisible.
  • Otro simbolismo del manto: el Espíritu profético (1 Re 13,20: Elías y Eliseo; cf. 2 Re 2,1-15). El Reino se hará realidad por la efusión del Espíritu de Jesús. Los grupos cristianos en el mundo entero serán reconocidos como herederos de un crucificado, es decir, por continuar, con su mismo Espíritu, la misión del que dio su vida por amor a los hombres (cf. 13,35).
  • Cita de Sal 22,19: el reparto de la ropa tiene un sentido hostil; los soldados, sin embargo, al realizar este acto, cumplen un gesto profético. Lo que parece un despojo va a significar la expansión universal.

martes, 12 de octubre de 2021

Jn 3,23-24

 También Juan estaba bautizando en Enón, cerca de Salim, por haber allí agua abundante; se presentaba gente y se bautizaba (aún no habían metido a Juan en la cárcel).

En segundo lugar, contrapuesto a Jesús, se introduce a Juan, que según el encargo recibido de Dios sigue bautizando con agua, para que se manifieste a Israel (1,31.33).

Juan está ahora en una localidad diferente de aquella donde había estado al principio (1,28; 3,26; 10,40). En este momento se encuentra en Enón (= las Fuentes), en el territorio de Escitópolis, en la Decápolis (localización más probable de Salim).

Jn señala la abundancia de agua en este lugar; este detalle establece una oposición con las tinajas de Caná, que no contenían agua. Recuérdese la gran capacidad de aquellos recipientes (2,6s). Las tinajas vacías mostraban que, dentro del sistema legal, la purificación era imposible. Al hacerlas llenar indicaba Jesús ser él quien iba a dar la verdadera purificación, pero que ésta implicaría la ruptura con el sistema legal, consecuencia del cambio de alianza. Su purificación se da con el Espíritu (2,9). El paso inicial, la ruptura con las instituciones judías, está expresado en el bautismo de Juan. El evangelista lo señala indicando que va a ser metido en la cárcel: él, como lo será Jesús, es un perseguido por las autoridades. Su itinerario y su suerte se asemejan a los de Jesús. La ruptura con la situación existente está a disposición de todos: hay agua abundante. Dentro del sistema <<de los Judíos>> no podía haber purificación, porque la impureza consistía precisamente en pertenecer a él (cf. 8,23).

En esta perícopa Juan va a utilizar la imagen del Mesías-Esposo, y se definirá a sí mismo como el amigo del Esposo. A él toca preparar a la esposa (baño prenupcial) para la boda; preparar al pueblo, sacándolo de la esfera institucional en que vive, para que encuentre al Mesías, que se sitúa fuera de ella.

Juan ha cambiado de localidad. Parece ser, por tanto, que había encontrado dificultades para continuar su labor en Betania (1,28) y que estaba ya perseguido; así lo insinúa el evangelista (aún no habían metido a Juan en la cárcel). Ha cambiado la localización, marchándose a una región fuera de la jurisdicción judía y romana de Judea y, al mismo tiempo, de la de Herodes en Galilea. Hay gente que se presenta en Enón y se hace bautizar por Juan, aunque no se precisa su número. No faltan quienes sigan mostrando su descontento ante la situación existente.

Al comparar los versos 22 y 23, se ve que el campo de actividad de Jesús se extiende a una entera región (la comarca de Judea ... allí), mientras Juan se fija en una localidad determinada (en Enón ... allí). No se menciona el agua en relación con Jesús, mientras se subraya la abundancia de que dispone Juan. Éste aparece como una figura estática (estaba); la de Jesús, dinámica (fue). No se menciona el concurso de gente hacia Jesús y él es sujeto agente (bautizaba); a Juan va la gente y se bautizaba. Los dos personajes, Jesús y Juan, aparecen separados y en contraste, no comunican ni colaboran. No hay trasvase de lo antiguo a lo nuevo. Existen dos bautismos paralelos, y esta situación crea un dilema: ir a Jesús o a Juan. Será resuelto por este último.

Jn 21,24-25

  Jn 21,24a Jn 21,24b Jn 21,25  La comunidad presenta el testimonio del evangelista. Autor del Evangelio, el discípulo predilecto de Jesús. ...