sábado, 1 de abril de 2023

Jn 13,33-35

Jn 13,33a

  • Jn 13,33b
  • Jn 13,34a
  • Jn 13,34b
  • Jn 13,35
  • Terminó de afecto (33: Hijos míos, lit. “hijitos”). El momento es emocionante, porque va a anunciar su próxima partida. Con esto, las palabras que siguen toman el carácter de testamento. Alusión a 8,21. En su itinerario nadie puede acompañarlo; nadie puede aún comprender la magnitud de su amor ni asociarse a él.
  • Ellos se quedan y él va a constituirlos en comunidad, dándoles su estatuto y su identidad. El mandamiento nuevo (34) se opone y sustituye a la Ley antigua. Diferencia entre las dos alianzas (1,17). Es nuevo en dos sentidos:
  • 1) Por la norma que propone, el amor del Hijo único que posee la plenitud del Espíritu (igual que yo os he amado; cf 6,53: comer su carne y beber su sangre); cesa por insuficiente la antigua norma: “Amarás al prójimo como a ti mismo” (Lv 19,18).
  • 2) Por el contenido: en la antigua ley el hombre había de amar a Dios sobre todas las cosas (Dt 6,4s), pero con amor y fidelidad humanos; Dios estaba “separado” del hombre y podía ser “objeto” de amor. Ahora, Jesús comunica el Espíritu, la fuerza del amor de Dios mismo, que identifica con Jesús y con el Padre. Dios no exige que el hombre se entregue a él, él se entrega al hombre como fuerza de amor, por la que el hombre puede, a su vez, entregarse a los demás. Los discípulos aman siendo uno con el Padre y el Hijo (17, 21-23). Por eso el mandamiento de Jesús no prescribe ya el amor de Dios, sino el amor entre los hombres. No hay que amar “a Dios” o “a Jesús”, sino amar a los hombres “con y como Dios”, “con y como Jesús”.
  • En otras palabras: Respecto a Jesús y al Padre existe un amor de identificación, por la comunidad de Espíritu; el amor de entrega lo realiza el discípulo hacia los demás hombres.
  • El punto de referencia del mandamiento, igual que yo os he amado, acaba de explicarlo Jesús en las dos escenas precedentes: “amar” consiste en acoger, en ponerse al servicio de los demás para darles dignidad y libertad (lavado de los pies) y eso sin cejar ni desanimarse, respetando la libertad y respondiendo con amor al odio (episodio de Judas).
  • El amor que existe entre los suyos ha de ser visible (35) y será el signo distintivo de su comunidad. Lo que aprenden los discípulos de su maestro no es una doctrina, sino un comportamiento: no van a distinguirse por un saber particular ni van a comunicar a la humanidad una especulación sobre Dios. Van a mostrar la posibilidad del amor y de una sociedad nueva. La identidad del grupo no estará basada en observancias, leyes o cultos. Poniendo como único distintivo el amor desliga Jesús a los suyos de todo condicionamiento cultural: el amor es el lenguaje universal.

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