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jueves, 20 de julio de 2023

Jn 19,12a

 <<Desde aquel momento Pilato trataba de soltarlo>>.

Pilato no había buscado justificarse con la voluntad de Dios para cometer la injusticia; había invocado su propia autoridad. Al descubrirle Jesús la responsabilidad que pesa sobre él y que existe una instancia superior, comprende que no puede actuar arbitrariamente. De ahí que se esfuerce por soltar a Jesús, según su propósito frustrado (18,39). Él mismo acaba de afirmar que soltarlo estaba en su mano. Intenta zafarse de la presión e intereses de los dirigentes judíos; ve que está al borde de cometer una grave injusticia y quiere rectificar a tiempo.

domingo, 18 de junio de 2023

Jn 17,12a

 <<Mientras estaba con ellos, yo los guardaba unidos a tu persona -eso que me has entregado->>.

El trato y unión de Jesús con los discípulos les ha abierto ya el acceso al Padre, que será completo y personal cuando reciban el Espíritu. Ellos tienen de él una experiencia externa, por su convivencia con Jesús; pero ha de llegar a ser interna (14,17). Esto es lo que Jesús expresa: hasta ahora, constituyendo el grupo y viviendo con él, los ha mantenido unidos al Padre, presente en él. De ahora en adelante, la situación cambia: la experiencia del Padre ha de ser interior, porque Jesús mismo, presencia del Padre, será una realidad interior en los discípulos. Tendrán por aglutinante esta experiencia que producirá la perfecta unidad (17,11d). Así llegan a su estado adulto.

domingo, 16 de abril de 2023

Jn 14,12a

 <<Sí, os lo aseguro: Quien me presta adhesión, las obras que yo hago también él las hará, y las hará mayores>>.

La obra de Jesús ha sido sólo un comienzo, el futuro reserva una labor más extensa. Él no se propone a sí mismo como modelo inalcanzable, el único capaz de hacer tales obras. El discípulo podrá hacer lo mismo y aún más. Esto confirma que las señales hechas por Jesús no son irrepetibles por lo extraordinarias, sino que su carácter principal es ser símbolos de la actividad que libera al hombre ofreciéndole la vida.

Con este dicho da ánimos a los suyos para el futuro trabajo. Sus obras no han sido un relámpago momentáneo y deslumbrador, sino el principio de una nueva actividad en favor del hombre, que ha de ser realizada por los que están adheridos a él, viven de su vida y cumplen sus mandamientos. La liberación ha de ir adelante. Su presencia y actividad en el mundo significa un recodo en la historia; Jesús ha venido para cambiar su rumbo; toca a los discípulos continuar la dirección dada por él.

sábado, 6 de agosto de 2022

Jn 8,12a

 Jesús les habló de nuevo: <<Yo soy la luz del mundo>>.

Jesús reanuda su enseñanza con una afirmación solemne que alude también a las ceremonias de la fiesta.

Desde el primer día de las festividades se encendían grandes candelabros de oro en el patio de las mujeres, por donde pasaba la procesión del agua. Cada candelabro sostenía cuatro cuencos de oro con aceite, en el que ardían mechas fabricadas con hilos sacados de ornamentos sacerdotales. Había que alcanzar los cuencos con escaleras. La luz de los candelabros se veía en toda la ciudad.

Se refería el rito a Zac 14,6, donde, hablando de <<el día del Señor>>, se afirma: <<Aquel día no se dividirá en lumbre frío y hielo; será un día único, elegido por el Señor, sin distinción de noche y día, porque al atardecer seguirá habiendo luz>>. La luz de la fiesta tenía, por tanto, sentido mesiánico. El significado simbólico de la luz: felicidad, alegría, salvación, liberación, se aplicaba a la obra del Mesías, hasta el punto de designarse a éste con el nombre de <<Luz>>. La expresión <<la luz del mundo>> se aplicaba también a la Ley, a Jerusalén y al templo.

En este ambiente cargado de simbolismo pronuncia Jesús su declaración: Yo soy la luz del mundo. Se proclama Mesías y Ley (Luz = verdad y norma) como en sus dichos anteriores. La expresión, que, en ambiente judío, designaba de algún modo a Israel como luz de la humanidad (Ley, Mesías nacional, templo), tiene en Jn un ámbito y significado universal (1,4: La vida era la luz del hombre; 1,9: Era esta luz la verdadera, la que ilumina a todo hombre, llegando al mundo). La misión de Jesús no se circunscribe al pueblo judío; al contrario, su presupuesto es la universalidad (cf. 4,42); desde ella habrá que explicar cuál es su relación con este pueblo (19,25-27).

Al proclamarse Jesús la luz del mundo, asocia al texto de Zacarías antes citado dos textos de Isaías, referentes ambos al Siervo del Señor. El primero es: <<Yo, el Señor, te he llamado para la justicia, te he tomado de la mano, te he formado y te he hecho alianza de un pueblo, luz de las naciones, para que abras los ojos a los ciegos, saques a los cautivos de la prisión y de la mazmorra de los que habitan en tinieblas>> (Is 42,6s). El segundo suena así: <<Es poco que seas mi siervo y restablezcas las tribus de Jacob y conviertas a los supervivientes de Israel; te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra ... para decir a los cautivos: ´Salid´; a los que están en tinieblas: ´Venid a la luz´>> (Is 49,6.9).

Ambos textos proféticos expresan la misión del Siervo como la realización de un nuevo éxodo, que libera de la opresión. La invitación de Jesús es una llamada a emprenderlo.

Jn 21,24-25

  Jn 21,24a Jn 21,24b Jn 21,25  La comunidad presenta el testimonio del evangelista. Autor del Evangelio, el discípulo predilecto de Jesús. ...