- Jn 18,15a
- Jn 18,15b
- Jn 18,16a
- Jn 18,16b
- Jn 18,17
- Jn 18,18
- Jn 18,19
- Jn 18,20
- Jn 18,21
- Jn 18,22
- Jn 18,23
- Jn 18,24
- Jn 18,25
- Jn 18,26-27
- Pedro no hace caso del aviso que le había dado Jesús (13,36); no está preparado para seguirlo. Otro discípulo, innominado, pero asociado a Pedro, como en 13,23; 20,2.4; 21,7.20-22; es el predilecto de Jesús, el modelo de discípulo. (15). Era conocido como discípulo por el sumo sacerdote, aludiendo al dicho de Jesús en 13,35: “En esto conocerán todos que sois discípulos míos, etc.”. El que experimentaba el amor de Jesús (13,23: “el discípulo predilecto”) responde a ese amor aceptando el riesgo de seguir a Jesús hasta el fin (entró con Jesús).
Contraste con Pedro (16). El otro va a ofrecerle la oportunidad de declararse discípulo y seguir a Jesús en su entrega. Pedro no entra espontáneamente, se deja conducir (cf. 1,42). No lleva el distintivo del discípulo (13,35), hay que preguntarle si lo es (17), y tiene que definirse. Jesús ha defraudado su expectación mesiánica; ya no se siente vinculado a él. Al romper con Jesús, Pedro se encuentra mezclado con sus enemigos (18); no habiendo alcanzado la libertad, está entre los siervos; frío, símbolo de muerte. - Contraste con lo que ocurre en el patio. El sumo sacerdote (19), el poder supremo, quiere saber quiénes apoyan a Jesús, su influjo (sus discípulos) y qué doctrina propone. Jesús no responde a la pregunta sobre sus discípulos, no quiere comprometer a nadie; en cuanto a la doctrina, no tiene nada secreto que revelar (20); los mismos partidarios del sistema (los judíos) lo han escuchado. SI el sumo sacerdote busca información, puede obtenerla de primera mano. No admite la condición de súbdito; el jefe supremo le pide una información, y él se niega a darla; quieren tratarlo como a un reo, pero él no les reconoce autoridad. Su libertad lo sitúa por encima de todo poder.
- La reacción del siervo (22) se debe a la supuesta ofensa a su señor; se identifica con él; carece de identidad propia, se define por su dependencia. Esperaba una obsequiosidad sin condiciones ante el jefe. Jesús no responde a la violencia con la violencia; le pide que analice sus palabras sin prejuicios (23); lo llama a la razón, haciéndole comprender su irracionalidad; lo invita a fijarse en la realidad de los hechos, fundamento del juicio personal y de la libertad. No hay respuesta de Anás, que no ha podido manipular a Jesús, el hombre libre (24).
- Pedro no se ha movido del lugar donde estaba (25). Segunda negación, ahora pública. Mientras Jesús afrontaba la situación con pleno dominio de sí, Pedro está atenazado por el miedo, entre los enemigos de Jesús. Ante el recuerdo de su gesto en el huerto, (26-27), se acobarda aún más, no se atreve a enfrentarse con la autoridad. Aquel gesto significaba su ruptura con la institución; ahora no se atreve a mantenerla.
- Síntesis. Contraste entre la actitud de Jesús y la de Pedro; como trasfondo, la del otro discípulo, el verdadero seguidor. Jesús, manifestando su libertad, se enfrenta con el poder hostil, sin retractarse de su actividad anterior ni de su enseñanza. Pedro, por miedo, reniega de su condición de discípulo. Había dado su adhesión, más que a Jesús, a su propio ideal de un Mesías de poder.
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