- Jn 9,13
- Jn 9,14
- Jn 9,15
- Jn 9,16a
- Jn 9,16b
- Jn 9,17
- Jn 9,18-19
- Jn 9,20-21
- Jn 9,22
- Jn 9,23
- Jn 9,24
- Jn 9,25
- Jn 9,26
- Jn 9,27
- Jn 9,28
- Jn 9,29
- Jn 9,30-33
- Jn 9,34a
- Jn 9,34b
- Los fariseos, enemigos de Jesús (7,47; 8,13) (13). Para Jesús no cuentan los preceptos de la Ley (14). Interrogatorio (15): a los fariseos no les interesa el hecho ni se alegran por él, quieren saber el cómo, para ver si ha habido infracción de la Ley. División de opiniones (16): un grupo toma como criterio de juicio la observación de la Ley (no guarda el precepto); otro parte de los hechos y descubre en ellos el poder de Dios (señales). Opinión del hombre (es un profeta) (17): no ha descubierto toda la realidad de Jesús, pero afirma que su actividad es de Dios (cf. 4,19).
- Ahora los dirigentes, que incluyen a los fariseos (18). Ante el insoluble problema se refugian en la incredulidad. No quieren ver el hecho, que derriba los fundamentos de su sistema teológico. Doble pregunta a los padres (19): si su hijo nació ciego y, en caso afirmativo, cómo ha recobrado la vista; oculta esperanza de que el hecho sea falso. Los padres afirman el hecho que saben (20); los padres tienen miedo, el hijo no va a tenerlo (21); mayor de edad (21.23), capaz de hablar con libertad: la madurez dada por el Espíritu (cf. 6,10: “hombres adultos”). Presión de los dirigentes sobre el pueblo para evitar la adhesión a Jesús (22-23).
- Ante la imposibilidad de negar el hecho, recurren a su autoridad doctrinal (24) y definen que la acción de Jesús es contraria a Dios (pecador). Quieren evitar el testimonio del hombre a favor de Jesús, que desprestigiaría a su institución. Intentan que reniegue de Jesús, pero él, con la nueva vida que experimenta, se niega a someterse. El hombre no se mete en cuestiones teológicas; opone el hecho a la teoría (25). Intranquilidad de los dirigentes (26). Réplica (cf. Is 42,8: “Sordos, escuchad y oíd”). Pregunta irónica (¿queréis haceros discípulos suyos?).
- La violenta reacción (28) muestra que la pregunta ha tocado en lo vivo. Están intentando rechazar la evidencia. Se refugian en el pasado (Moisés); optan por la Ley sin amor y en contra del amor fiel (1,17). No quieren leer directamente la realidad, donde se manifiesta el amor de Dios; la miran a través de una ideología rígida que la deforma. Quieren denigrar la persona de Jesús (no sabemos de dónde procede) (29). Los que exaltan la liberación antigua (Moisés) se oponen a la nueva. El hombre ridiculiza el argumento de los dirigentes (30-33). Su dicho es irrebatible; los dirigentes, acorralados, pasan al insulto (cf. 7,52) (34); soberbia (a nosotros). El hombre debería cegarse de nuevo para darles la razón. Sigue la violencia (y lo echaron fuera); el hombre que ha tenido la experiencia de vida es un obstáculo para su dominio.
- Síntesis. Los representantes del poder religioso-político se encuentran desconcertados ante la obra de Jesús, que echa abajo su teología. Reacción típica: después del impacto inicial, quieren neutralizar el hecho. Pretenden negar su existencia; al no poder hacerlo, recurren a su autoridad doctrinal para definir que lo que el hombre experimenta como bien y como vida es contrario a lo que Dios quiere. Aferrados a su ideología niegan la evidencia e invierten los valores, llamando al bien mal y al mal bien. Detrás de la ideología está su situación de privilegio, que defienden a toda costa. Al fracasar la coacción moral, recurren a la violencia, que muestra su irracionalidad y su mala voluntad.
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