Mostrando entradas con la etiqueta 17b. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta 17b. Mostrar todas las entradas

viernes, 8 de septiembre de 2023

Jn 21,17b

 Pedro se puso triste porque la tercera vez le había preguntado: <<¿Me quieres?>>, y le respondió: <<Señor, tú lo sabes todo, tú conoces que te quiero>>.

La pregunta de Jesús, que parece mostrar desconfianza hacia sus afirmaciones anteriores, entristece a Pedro, haciéndole recordar su obstinación. El evangelista la indica con el uso del sobrenombre; después de la introducción inicial (21,15a), es la única vez que aparece en la perícopa el nombre de Pedro, indicando ser el momento decisivo para éste (cf. 21,7, también en el centro del episodio). La pregunta ha resumido toda su historia de oposición al designio de Jesús. Cuando Jn describió las negaciones no señaló reacción alguna de Pedro al canto del gallo (18,27) predicho en la cena (13,38); es ahora cuando por fin se da cuenta cabal de lo que había hecho. De ahí su tristeza.

Al repetir el evangelista la pregunta de Jesús: ¿me quieres?, muestra su importancia. Hay adhesiones que no son las que él pide; Pedro se la había mostrado como a líder; pero esto no respondía a lo que es Jesús ni a su programa. Era la adhesión del que renuncia a su libertad para ponerse a las órdenes de un jefe. La que pide Jesús es la que da libertad, por fundarse no en la subordinación, sino en la amistad.

La frase con que Pedro se remite a Jesús: tú lo sabes todo, es otra rectificación. Como se ha dicho (21,15c Lect.), en la Cena había pretendido conocerse mejor que Jesús mismo (13,37s). Ahora comprende que Jesús no necesita declaraciones, pues conoce lo que hay dentro del hombre (2,25). Los discípulos habían ya reconocido una vez que Jesús lo sabía todo (16,30) y en la ciencia de Jesús fundaban su fe en su origen divino. Pero aquellas palabras provocaron el comentario escéptico de Jesús; anunció que iban a dejarlo solo (16,32), porque aquella fe no incluía la aceptación de su muerte. El caso extremo ha sido el de Pedro. Ve que no puede tener secretos para Jesús y que éste conoce perfectamente la calidad de su adhesión.

martes, 8 de agosto de 2023

Jn 20,17b

 <<En cambio, ve a decirles a mis hermanos: ´Subo a mi Padre, que es vuestro Padre, mi Dios y vuestro Dios´>>.

Jesús interrumpe el deseo de unión definitiva para enviar a María con un mensaje para los discípulos, a los que, por primera vez, llama sus hermanos. Como lo significó con el lavado de los pies (13,5), él constituye una comunidad de iguales. El amor entre él y los suyos es un amor fraterno siendo el Señor y el Maestro, no se pone por encima de ellos: sus amigos (15,15) son también sus hermanos.

Antes de la subida definitiva junto con la humanidad nueva, que coronará la obra realizada, hay otra subida de Jesús al Padre, que dará comienzo a la nueva historia. Jesús no los deja desamparados, volverá con ellos (14,18) para darles vida; así podrán contemplarlo vivo y experimentar la identificación de Jesús con el Padre y la de ellos con Jesús (14,18-20). Ésta es la subida que Jesús anuncia a los discípulos por medio de María.

La mención del Padre de Jesús como Padre de los discípulos alude a la promesa que les había hecho en la Cena: En el hogar de mi Padre hay vivienda para muchos; si no, os lo habría dicho. La prueba es que voy a prepararos sitio. Además, cuando vaya y os lo prepare, vendré de nuevo y os acogeré conmigo; así, donde estoy yo, también vosotros estaréis (14,2-3). Como les había anunciado, Jesús sube ahora al Padre para prepararles sitio, es decir, para obtener para ellos la condición de hijos. Por eso, esta subida está también en relación con el don del Espíritu: yo, a mi vez, le rogaré al Padre y os dará otro valedor que esté con vosotros siempre, el Espíritu de la verdad (14,16s). En la perícopa siguiente se describirá precisamente la vuelta de Jesús a su comunidad, donde le comunicará el Espíritu, reuniéndolos así consigo y haciéndolos estar donde está él. Comienza el período que irá realizando y preparando el estadio final.

El Padre de Jesús lo es ahora también de los discípulos, por eso los llama hermanos; van a vivir en el mismo hogar (14,2), es decir, el Padre, como Jesús, va a vivir con cada uno de ellos (14,23). Por haber un mismo Espíritu, común a Jesús y a los suyos (7,37-39; 20,22; cf. 1,16), hay un mismo Padre.

Por la experiencia del Espíritu, los discípulos conocerán a Dios como Padre (17,3 Lect.). Esa es su primera experiencia verdadera de Dios. No es que llamen Padre al que conocen como Dios, sino al contrario: llaman Dios al que experimentan como Padre. No reconocen a otro Dios más que al que ha manifestado en la cruz de Jesús su amor gratuito y generoso por el hombre, comunicándole su propia vida. Ese es el Dios de quien Jesús, único Dios engendrado, ha sido la explicación (1,18) al manifestar su gloria en la cruz (17,1). No hay más Dios verdadero que el dador de vida (17,3).

jueves, 27 de julio de 2023

Jn 19,17b

 salió para el que llamaban <<lugar de la Calavera>> (que, en la lengua del país, se dice Gólgota).

Jn describe ahora en términos de crucifixión lo antes descrito en términos de exaltación (19,13-16). Al <<enlosado>> (lithostrôton), lugar donde se manifiesta la gloria, corresponde el lugar de la muerte. El contraste aparece aún más evidente comparando los dos nombres arameos puestos en paralelo: Gábbata, la altura, y Gólgota, la calavera. La exaltación de Jesús se verifica en el don de su vida.

viernes, 30 de junio de 2023

Jn 17,17b

 <<verdad es el mensaje tuyo>>.

Es el mensaje del amor (17,6.17), las exigencias transmitidas por el Padre a los discípulos (17,8). La consagración de los discípulos se verifica, pues, por la práctica del amor que es fruto del Espíritu en ellos. No es una consagración estática, sino dinámica; la experiencia inicial (1,13: nacer de Dios) se va desarrollando hasta llegar a su meta (1,12: hacerse hijos de Dios).

El Espíritu separa al hombre del mundo injusto haciéndolo entrar en la esfera divina, el lugar donde está Jesús (1,38s; 7,34; 12,26; 14,3). Pero el Padre no pide al hombre nada para sí; lo impulsa, en cambio, a entregarse a los demás; tal es el mandamiento.

Al definir la noción de culto, había expresado Jesús la misma idea: Dios es Espíritu (4,24), es decir, fuerza de vida-amor, y los que lo adoran han de dar culto con Espíritu y lealtad, es decir, con la práctica del amor fiel hasta la muerte, según el mandamiento de Jesús. El Padre busca hombres que lo adoren así (4,23).

No hay dicotomía ni dispersión en la vida que propone Jesús: la esfera de Dios lleva a la esfera humana; el culto a Dios es el servicio al hombre, el Espíritu de Dios potencia y desarrolla al hombre (4,14).

La verdad que consagra es el mensaje del amor y la vida. La frase alude, sin duda alguna, a Sal 118,42 (LXX): verdad es tu Ley (Lect. var.; es tu palabra/mensaje). Jesús ha sustituido la antigua Ley por la entrega al bien del hombre: ésa es la verdad del Padre. La consagración realiza en el discípulo el amor leal, que había de existir por medio de Jesús Mesías (1,17).

domingo, 23 de abril de 2023

Jn 14,17b

 <<el que el mundo no puede recibir porque no percibe ni lo reconoce. Vosotros lo reconocéis, porque vive con vosotros y además estará en vosotros>>.

<<El mundo>> está usado aquí en el sentido peyorativo de <<orden injusto>>. Éste profesa <<la mentira>>, una ideología (la tiniebla) que propone como valor lo que es contrario al designio creador, lo que merma o suprime la vida del hombre; en definitiva, la muerte. El sistema es la mentira institucionalizada, que llega al homicidio, la supresión de la vida (8,44). No puede percibir el Espíritu de la verdad ni conocerlo; la muerte es incompatible con la vida.

Los discípulos tienen experiencia del Espíritu debido a la presencia de Jesús, en quien mora el Padre (14,10); pero esa experiencia será mayor en el futuro, cuando llegue la interiorización que Jesús les promete. Cuando dé el Espíritu (7,39), éste estará en ellos como principio dinámico y vivificador.

domingo, 17 de abril de 2022

Jn 6,17b

 (Los había cogido la tiniebla...

El texto presenta un paréntesis muy significativo. Se alude claramente al prólogo (1,5: la luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la ha extinguido). La oposición de los discípulos a Jesús, que los lleva a separarse de él, los hace caer en manos de la tiniebla, la ideología propia del sistema opresor, cuyos falsos valores ellos profesan. Son partidarios del poder y quieren conferirlo a Jesús, pero el poder, que somete al hombre, privándolo de su libertad, es enemigo del amor que él ha manifestado.

Jn 21,24-25

  Jn 21,24a Jn 21,24b Jn 21,25  La comunidad presenta el testimonio del evangelista. Autor del Evangelio, el discípulo predilecto de Jesús. ...