Ella contenía vida.
El contenido del proyecto divino, y su efecto como palabra, es <<vida>>, la cualidad divina por excelencia, la descripción del ser del Padre (6,57: como a mí me envió el Padre que vive y así yo vivo por el Padre, también aquel que me come vivirá por mí). El núcleo y la finalidad de la obra creadora, la comunicación de vida, colocada en el prólogo del evangelio, hace que todo éste deba leerse en esa clave. De hecho, tal es la misión de Jesús (10,10: yo he venido para que tengan vida y les rebose), comunicar vida al hombre hasta la plenitud (cf. 1,12.13).
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