- Jn 19,9
- Jn 19,10
- Jn 19,11a
- Jn 19,11b
- Jn 19,12a
- Jn 19,12b
- Nueva entrada de Pilato, esta vez con Jesús (9); quiere escapar del ambiente de la pasión y el odio. La acusación: “se ha hecho hijo de Dios”, lo intranquiliza; no sabe si el origen de Jesús es humano o divino. Jesús no le contesta: para hacer justicia debe bastarle que Jesús sea un hombre; tampoco se aprovecha Jesús del miedo de Pilato para forzarlo a darle la libertad. El juez tiene datos más que suficientes para dar sentencia.
- Antes del silencio, Pilato recurre a la amenaza (10). Piensa que el hecho de detentar el poder debería persuadir a Jesús a someterse a sus deseos (¿Te niega hablarme a mí?). No sabe que Jesús da su vida voluntariamente. Soltarse corresponde al veredicto de inocencia que él ha dado; crucificarte, a los gritos de los sumos sacerdotes. Pilato se jacta de tener en su mano el poder de obrar justa o injustamente. El sistema injusto piensa que la vida de sus súbditos depende de su arbitrio.
- Afirma Jesús el absoluto respeto de Dios por la libertad: cada uno es responsable de su opción a favor o en contra del hombre. Pero ésta se identifica con la opción a favor o en contra de Dios. El juez va a elegir entre la vida y la muerte; su sentencia sobre Jesús será su propia sentencia (3,17). Lo mismo había ocurrido con Judas (13,26.30).
- El que ha entregado a Jesús es del círculo de poder (18,30.35), cuyo agente ha sido Judas. El pecado, la represión o supresión de la vida en sí mismo o en otros (1,29), se comete al integrarse en un orden opresor (8,23). Pilato pertenece a ese orden. Pero la responsabilidad (pecado) de los dirigentes judíos es mayor: contra el mandamiento de su Ley (18,31), están buscando dar muerte a Jesús, al que ya pueden conocer como Mesías a través de sus palabras y sus obras (15,22.24); cf. 10,25.37; 12,37-43). Además, en su rechazo de Jesús han arrastrado al pueblo, privándolo de la liberación que Dios le destinaba y condenándolo a la ruina. Por último, para matar a Jesús invocan su Ley (19,7), atribuyendo el homicidio a Dios mismo; se escudan en Dios para matar al Hijo de Dios.
- Pilato ve que está al borde de cometer una grave injusticia y quiere rectificar a tiempo (12). Los jefes judíos, para forzar la decisión del juez, recurren a la amenaza personal; cambian la acusación religiosa (19,7), por otra política (hacerse rey). Pilato se encuentra ante un dilema: ser leal al hombre y a la injusticia, o al sistema de poder al que pertenece. Optar a favor del hombre lo llevaría a perder su posición. Los jefes judíos, al presionar a Pilato para que dé la sentencia injusta, cargan también ellos con la responsabilidad del juez.
Doble sentido de la frase: Todo el que se hace rey se declara contra el César. Por un lado, acusación de cabecilla político; por otro, en sentido teológico: quien (todo el que) por la entrega de sí mismo adquiere su libertad e independencia (rey) se declara contra el poder opresor cuyo símbolo supremo es el César romano. Las expresiones hacerse hijo de Dios (19,7) y hacerse rey son equivalentes: indican al hombre que realiza el proyecto divino. - Síntesis. Responsabilidad de los dirigentes judíos, que hacen del gobernador instrumento de su odio. El poder religioso, más injusto e implacable que el civil. Dilema de Pilato: por ser parte del sistema injusto, acaba sacrificando al hombre, aun en contra de su propia convicción, para mantenerse en su cargo.
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