domingo, 16 de octubre de 2022

Jn 11,11

 Esto dijo y después añadió: <<Lázaro, nuestro amigo, se ha dormido; pero voy a despertarlo>>.

Después de haber quitado los motivos de temor, Jesús expone la razón para ir a Judea; informa a los discípulos de la muerte de Lázaro con un lenguaje ambiguo, aunque conocido; en su boca no es un mero eufemismo, pues para él la muerte no es definitiva. Este modo de hablar era común en las comunidades cristianas (1 Cor 7,39; 11,30; 15,6.18.20.51; 1 Tes 4,13; etc.).

<<Amigo>>, como <<hermano>>, era un modo de llamarse los cristianos entre sí, al menos en las comunidades joánicas (cf. 3 Jn 15: Recuerdos para ti de los amigos. Saluda tú a los amigos uno por uno). Jesús designa a Lázaro como un miembro de su grupo y, en continuidad con las expresiones anteriores (11,3.5; cf. 15,14s), señala cuál es la relación entre los discípulos y él. No establece diferencias: Jesús se hace miembro de su comunidad de iguales (nuestro amigo).

Estas palabras indican el motivo de su ida a Judea: no abandonar al amigo. Es el pastor que desafía el peligro por amor a los suyos (10,12). Jesús va a despertar a Lázaro. Ha llegado el momento de mostrar hasta dónde llega el designio del Padre (6,39s).

 

 

 

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