Jesús quería a Marta, a su hermana y a Lázaro.
Se describe la relación de Jesús con el grupo de hermanos. Las hermanas habían afirmado el amor de Jesús por el enfermo (11,3), y se había descrito la muestra de afecto de María hacia Jesús (11,2). Ahora, abarcando a los tres, se subraya una vez más el vínculo de Jesús con ellos.
En la enumeración, sin embargo, se omite el nombre de María, antes en primer lugar (11,1.2); ésta es ahora presentada como la hermana de Marta. Lázaro, que ocupaba al principio el primer lugar (11,1), queda ahora en el último. El cambio de orden y la omisión del nombre indican la unidad del grupo. No existe precedencias, la igualdad es tal que da lo mismo comenzar por uno o por otro. Cada uno de los personajes es central en el grupo según los momentos. Son comunidad y cada uno representa un aspecto de ella. El gesto de María (11,2), atribuido naturalmente a un personaje femenino, expresaba el amor del grupo a Jesús; Jesús corresponde al amor de cada uno (11,3) y al del grupo (11,5).
Hay una ligera diferencia entre los verbos usados en el texto. Las hermanas han expresado el amor de Jesús a Lázaro en términos de amistad, que colocan en primer lugar la relación de afecto; en cambio, el verbo usado en este versículo es <<amar>> (traducido <<querer>>), e indica un amor que se traduce en actividad y que comunica vida (cf. 14,15). Jesús, por tanto, no sólo está unido a los suyos por un vínculo de afecto, sino por una actividad de amor.
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