sábado, 29 de enero de 2022

Jn 5,6

 A éste, viéndolo Jesús echado y notando que llevaba mucho tiempo, le dice: <<¿Quieres ponerte sano?>>.

No se indica que Jesús vaya a la piscina ni que entre en su recinto. Sólo se ha dicho que subió a Jerusalén y que dentro de la ciudad había una piscina. Sin más explicación, se encuentra Jesús entre la muchedumbre de los enfermos. La piscina es la ciudad misma; su muchedumbre, la masa marginada que existe en Jerusalén.

Las señales de la larga enfermedad son visibles; Jesús se da cuenta de lo avanzado del mal. A este hombre/pueblo él quiere dar la salud: al hombre sin fuerzas, incapaz de movimiento y acción, víctima de su enfermedad; hombre en condición infrahumana, sin creatividad ni iniciativa. Jesús le abre una esperanza de salud, ofreciéndosela implícitamente. Cumple su programa, actuando sin forzar la libertad. No es un líder que proponga una ideología. Su propuesta toca lo esencial del hombre, la vida, en cuanto ésta es capacidad de libertad de acción.

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Jn 21,24-25

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