viernes, 30 de junio de 2023

Jn 17,15

 <<no te ruego que te los lleves del mundo, sino que los guardes del Perverso>>.

La ruptura con el mundo no comporta, sin embargo, un alejamiento material. Los discípulos han de permanecer en medio de la sociedad, pues en ella han de desempeñar su misión (17,18). Esta petición de Jesús corresponde a la constatación hecha anteriormente: Ellos van a estar en el mundo (17,11). Pero ese contacto ineludible con el sistema perverso no debe contaminar a los discípulos; éstos no deben ceder a su amenaza o a su halago.

<<El Perverso>> es una nueva denominación de <<el Enemigo>> (8,44; 13,2), <<Satanás>> (13,27), el dios-dinero, principio inspirador (8,44: Padre) del sistema de injusticia. Él ha hecho de Judas un enemigo (6,70s), ladrón (12,6; cf. 10,1.8.10), mentiroso (12,6; cf. 8,55) y homicida (13,30; cf. 8,40; 11,53), llevándolo a la muerte definitiva (17,12). Es él quien inspira el modo de obrar perverso propio del mundo injusto (7,7). Ceder a la ambición y al deseo de provecho personal, los antípodas del amor al hombre, llevaría a los discípulos a ser cómplices de la opresión; sería el fin de la comunidad de Jesús, que se habría pasado a las filas del <<mundo>>. Nada peor podría sucederle que ostentar por un lado el nombre de Jesús y por otro ser solidaria de la injusticia, en connivencia con los poderes que dieron muerte a Jesús.

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Jn 21,24-25

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