domingo, 4 de junio de 2023

Jn 17,5b

 <<la gloria que tenía antes que el mundo existiera en tu presencia>>.

Jesús es la realización del proyecto divino sobre el hombre. Este proyecto, anterior a la creación, era el Hombre-Dios (1,1c Lect.) lleno de la gloria del Padre (1,14), el Dios engendrado (1,18). Pide ahora al Padre que llegue a su realización perfecta con la demostración plena de su capacidad de amar y de comunicar vida (cf. 20,28).

Siendo Jesús el cumplimiento del proyecto creador, la creación, que estaba aún en proceso, llega en él a su cumbre. Toda ella miraba a esta hora de Jesús, en la cual va a darse la plena manifestación de la vida en el hombre por el acto de amor total.

El texto expresa la predestinación de Jesús. El proyecto inicial (1,1) no había de verificarse en cualquier hombre, sino precisamente en él: el Hombre-Dios se identificaba con Jesús mismo. Por eso, en este evangelio, Jesús no tiene <<prehistoria>>: cuando aparece por primera vez (1,35) es ya el Hijo de Dios (cf. 1,34) que ha recibido la plenitud del Espíritu. A esta relación sin paralelo del Padre con Jesús corresponde la denominación <<el Hijo único>> (1,14; 3,18), de cuya plenitud participan los que lo aceptan (1,16), para llegar a ser <<hijos>> (1.12).

El proyecto inicial, personificado en Jesús, era la concreción de la gloria del Padre. Ahora va a manifestarse esa gloria/amor presente en el Hijo único.

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