viernes, 4 de agosto de 2023

Jn 19,41b

 <<y en el huerto un sepulcro nuevo donde todavía nadie había sido puesto>>.

Es Jesús el primero en ser enterrado en este sepulcro (nuevo). La frase siguiente: donde todavía nadie había sido puesto, no es mera repetición del concepto <<nuevo>>; significa que otros van a pasar por el mismo sepulcro. <<Todavía>> abre un futuro; Jesús inaugura una nueva clase de muerte que contiene el germen de vida (huerto). También los suyos serán colocados en este sepulcro, después de pasar por su misma muerte (19,18 Lect.). <<El huerto>> es la palabra que enlaza la muerte (en el lugar donde lo crucificaron había un huerto), la sepultura (19,42: allí pusieron a Jesús) y la resurrección (20,15: el hortelano). Se reafirma aquí lo dicho antes por Jesús: quien cumpla mi mensaje no sabrá nunca lo que es morir (8,51; cf. 11,25s). La muerte de los suyos, como la de él, es realidad de vida.

El sepulcro nuevo se opone al sepulcro antiguo, donde habían colocado a Lázaro y de donde Jesús lo hizo salir. Lo mismo que aquél, el de la muerte sin esperanza, fue el sepulcro común de la humanidad antes de la muerte de Jesús, así éste será el sepulcro común de todos los que le den su adhesión y reciban la vida definitiva. Aquél simbolizaba el reino de la muerte, éste, situado en el huerto, el de la vida.

Jn no ha hecho notar que pusieran un sudario a Jesús, ni tampoco ahora que cierren el sepulcro con una losa; ésta aparecerá solamente quitada (20,1). En realidad, nadie puede cerrar el lugar donde él se encuentra.

También el huerto-jardín es tema del Cantar; es allí donde se manifiesta el amor de esposo y esposa.

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Jn 21,24-25

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