miércoles, 9 de agosto de 2023

Jn 20,19b

 llegó Jesús, haciéndose presente en el centro, y les dijo: <<Paz con vosotros>>.

En esta situación se presenta Jesús, como lo había prometido: No os voy a dejar desamparados, volveré con vosotros (14,18); Dentro de poco, el mundo dejará de verme; vosotros, en cambio, me veréis, porque yo tengo vida y también vosotros la tendréis (14,19; cf. 16,18ss). Es el Señor que viene a liberar a los suyos (cf. Dt 7,21: <<No les tengas miedo, que está en medio de ti el Señor, tu Dios>>).

Jesús aparece en el centro de su comunidad, porque él es para ella la fuente de la vida, el punto de referencia, el factor de unidad, la vid en la que se insertan los sarmientos (15,5), el lugar donde brilla la gloria que ellos contemplan (1,14; 17,24), el santuario de Dios que los acompaña en su camino (2,19). La comunidad cristiana está centrada en Jesús y solamente en él.

La construcción de la frase muestra el modo como Jesús se hace presente. No recorre el espacio desde la puerta, su presencia se efectúa directamente en el centro del grupo.

Los saluda deseándoles la paz, como había hecho en su despedida: <<Paz>> es mi despedida; paz os deseo, la mía, pero yo no me despido como se despide todo el mundo ... me marcho para volver con vosotros (14,27s). También quiso Jesús que el anuncio de su victoria sobre el mundo infundiese paz a los suyos: Os voy a decir esto para que, unidos a mí, tengáis paz: en medio del mundo tenéis apuros, pero, ánimo, que yo he vencido al mundo (16,33). A ellos, que por el miedo han perdido la paz, se la confirma: es el saludo del que ha vencido al mundo y a la muerte.

Este saludo de Jesús significa para los discípulos el encuentro con él, correspondiente al que ha tenido con María en el huerto. Allí, su voz (20,16: María) provocó el reconocimiento, calmando la angustia de María; ahora, su saludo de paz recuerda a los discípulos su presencia en medio de ellos (14,27s) y su victoria (16,33), eliminando el miedo y la incertidumbre.

En la perícopa anterior, el encuentro se verifica al término de una búsqueda, más en consonancia con el tema nupcial; aquí se debe a la iniciativa de Jesús, el Señor que viene a estar con los suyos. Al huerto-jardín, lugar del amor, corresponde aquí el local cerrado, lugar que delimita el espacio de la comunidad en medio del mundo hostil (cf. 20,26).

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Jn 21,24-25

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