Algún tiempo después se fue Jesús al otro lado del mar de Galilea (de Tiberíades).
El paso del capítulo 5 al 6 es brusco desde el punto de vista topográfico. Jesús estaba en Jerusalén y, sin transición, se encuentra en la orilla oriental del lago de Galilea. La relación entre los dos capítulos es temática. Al final del anterior, afirmaba Jesús que de él había escrito Moisés; como se ha visto, se refería sobre todo a la obra liberadora de Moisés con el pueblo, sacándolo de la esclavitud de Egipto, tomada como tipo y anuncio de su propia obra. El tema del éxodo ha comenzado en el episodio introductorio a este ciclo (4,46b-54) y va a explicarse ahora cuál va a ser su realidad. En el capítulo anterior, Jesús ha dado la fuerza y libertad para caminar (5,8 Lect.), condición indispensable para poder emprender el éxodo. Ya hay gente que camina, ahora pueden seguir a Jesús en su itinerario. De ahí que este episodio se verifique cuando se acerca la Pascua, la fiesta que conmemoraba el antiguo éxodo. Éste había sido el acontecimiento más importante de la historia del pueblo judío y había constituido su época fundacional. Anunciaba el que Jesús va a realizar.
Jesús atraviesa el mar, en realidad un lago, el de Galilea o Tiberíades. La ambivalencia del término <<mar>> sirve para aludir al mar atravesado en el antiguo éxodo. Por la misma razón no se indica cómo lo ha atravesado Jesús, ni tampoco se indicará para la multitud (6,5).
No precisa de dónde viene Jesús, sólo se afirma que ha atravesado el mar, separándose de algún otro lugar. También esta imprecisión es pretendida. Aparentemente, según los datos del texto, Jesús vendría de Jerusalén, donde ya lo quieren matar (5,18). En realidad, él sale del territorio dominado por la institución judía, de la tierra de opresión, lo mismo Judea (cf. 5,3) que Galilea, en particular de su centro, Jerusalén, que lo ha rechazado. Es la salida fuera del sistema opresor.
El lago/mar lleva un doble nombre: de Galilea, de Tiberíades. La región de Galilea representaba el pueblo pobre, lejano y despreciado por el centro (Jerusalén). Su organización económica se basaba en el latifundio, con grandes propietarios que habitaban en la corte de Herodes o en Jerusalén. La mención de Tiberíades es significativa por contraste: esta ciudad era la capital de Galilea, residencia del rey Herodes Antipas, y su corte. Había sido fundada por él en honor del emperador Tiberio.
La mención del doble nombre del lago, el tradicional hebreo y el reciente, de sabor pagano (cf. 21,1, donde se usa sólo el segundo), puede indicar la mezcla de población judía y pagana en la región. El éxodo de Jesús está abierto a todos, en correspondencia con la clave antropológica de este ciclo, expuesta ya en el episodio programático (4,54 Lect.).
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