... además el mar, por un fuerte viento que soplaba, estaba picado).
Otra razón para no emprender el viaje: el peligro de la navegación. Eran tres, por tanto, las razones que se oponían a la decisión de los discípulos: la noche, la ausencia de Jesús y el estado del lago. Es tal, sin embargo, su decepción ante lo sucedido, que deciden sin más abandonar a Jesús y volverse a la ciudad.
Jesús se había hecho servidor de la multitud; los discípulos no lo entienden, participan de la confusión general. Ante esa incomprensión, Jesús se ha retirado. El viento fuerte que agita el lago y hace peligrosa la navegación, es decir, pone en peligro la comunidad de Jesús, representa al mismo tiempo el mal espíritu que agita a los discípulos. La falsa concepción mesiánica es enemiga del proyecto de Dios (tiniebla) y puede hacer fracasar la obra de Jesús.
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