domingo, 17 de abril de 2022

Jn 6,15

 Jesús entonces, dándose cuenta de que iban a ir y a llevárselo por la fuerza para hacerlo rey, se retiró de nuevo al monte, él solo.

Además de la reacción de la multitud, antes narrada (el Profeta), surge otra manera de concebir a Jesús; hay quienes piensan en hacerlo rey. Este propósito está en abierta contradicción con la actitud que él ha adoptado antes, poniéndose a servir a los comensales. Para saciar a la multitud no ha partido de una posición de superioridad y de fuerza, sino de la debilidad y escasez de recursos propia de su comunidad, figurada por el niño. La fuente de abundancia que él ha abierto es la generosidad de Dios mismo, capaz de multiplicar lo que parece desproporcionado al objetivo. Estos pretenden cambiar su programa mesiánico, constituirlo en señor, conferirle el poder que él rechaza. Él pretendía hacer al pueblo libre (6,10), ellos quieren renunciar a su propia libertad. Jesús les pide generosidad y amor, ellos prefieren rendir obediencia. Jesús ha querido asociarlos a su obra, ellos intentan descargar en un jefe la propia responsabilidad.

Ante esta perspectiva, Jesús se retira (o <<huye>>, según leen otros manuscritos), se aleja de aquellos que pretenden deformar su mesianismo proyectando en él su propia concepción mesiánica.

Se retira solo, como Moisés subió solo al monte después de la traición del pueblo (Éx 34,3-4). El monte representa la esfera divina, la gloria/amor de Dios. Al querer hacerlo rey han traicionado el designio de amor que él ha realizado con su servicio.

El paralelo con Moisés muestra la gravedad de lo que ha sucedido. Al intentar hacer de Jesús un Mesías poderoso, repiten la idolatría cometida por los israelitas en el desierto. Allí quisieron éstos adorar a Yahvé, pero bajo la imagen que ellos mismos se habían hecho de él (Éx 32,4: el becerro de oro). Paralelamente, otros están ahora dispuestos a reconocer a Jesús, pero según la concepción que ellos mismos se han forjado. Esta concepción del Mesías era común en la expectación del tiempo (2,17 Lect.); ella causará el rechazo de Jesús por parte del pueblo (12,12-36) y la actitud de Pedro en el huerto (18,10s), que lo llevará a negar a Jesús (18,15ss). Nótese la mención de Simón Pedro en 6,8.

La subida de Jesús al monte está en relación con la cruz. Es allí y de esa manera como Jesús será rey (19,19). Entonces sus discípulos lo dejarán solo (16,32). Este pasaje (16,32) explica el sentido de <<el monte>>: aunque yo no estoy solo, el Padre está conmigo. La soledad humana de Jesús significa la deserción de los discípulos. Él está siempre con el Padre, en la esfera del amor fiel. Los discípulos se acercan (6,3) o se alejan de ella (6,15s), según lo acepten o no.

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