Los recogieron y llenaron doce cestos con trozos de los cinco panes de cebada que habían sobrado a los que habían estado comiendo.
Los discípulos recogen lo que ha sobrado. El número doce es evidentemente una alusión a Israel (las doce tribus); compartiendo, puede satisfacerse el hambre de la nación entera.
Se insiste en la clase de panes (de cebada), detalle mencionado antes, como alusión a la historia de Eliseo (6,9). El motivo de la repetición es claro. En los comentarios contemporáneos a Sal 72,16: <<Que abunden las mieses del campo y ondeen en lo alto de los montes>>, se afirmaba que en tiempo del Mesías, como señal de abundancia, estaría el suelo cubierto de panes de cebada. Esta alusión hace ver que lo sucedido no es sólo un signo profético, sino mesiánico. Lo perciben únicamente los discípulos, que recogen los trozos. Habían reconocido ya a Jesús como Mesías (1,14.45.49); Jesús a su vez, les hace ver la manera como él realiza la abundancia mesiánica.
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