<<Todo el que el Padre me entrega llega a mí, y al que se acerca a mí no lo echo fuera>>.
Explica Jesús (6,37-40) lo dicho anteriormente bajo el símbolo del maná/pan del cielo, usando un lenguaje diverso. El tema de este pasaje es el central del evangelio: Jesús dador de vida (1,4; 3,14s; 4,14.50; 5,21.25s.40; 10,10; 11,25; 17,2; 19,34 Lect.).
Comienza el pasaje por una expresión de la conciencia que tiene la comunidad cristiana de su pertenencia a Jesús por la voluntad del Padre (lo que el Padre me entrega), que lo ha puesto todo en manos de su Hijo (3,55). Experimenta su acogida como permanente y segura (no lo echo fuera).
El significado de este versículo se entiende más fácilmente poniéndolo en relación con expresiones paralelas que aparecen en el capítulo. Serán tratadas juntamente en 6,65 Lect.
El neutro Todo lo que (cf. 6,39), en lugar del plural todos los que, subraya la unidad, el bloque que forman los que se le adhieren; no son individuos aislados, sino un cuerpo. Es una comunidad humana, un conjunto indivisible (10,29; 17,2.11) del que nada puede ser separado, del que nada puede perderse (3,16; 17,12), y en el cual la realización de la vida tiene que verificarse hasta el final.
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