<<el que el mundo no puede recibir porque no percibe ni lo reconoce. Vosotros lo reconocéis, porque vive con vosotros y además estará en vosotros>>.
<<El mundo>> está usado aquí en el sentido peyorativo de <<orden injusto>>. Éste profesa <<la mentira>>, una ideología (la tiniebla) que propone como valor lo que es contrario al designio creador, lo que merma o suprime la vida del hombre; en definitiva, la muerte. El sistema es la mentira institucionalizada, que llega al homicidio, la supresión de la vida (8,44). No puede percibir el Espíritu de la verdad ni conocerlo; la muerte es incompatible con la vida.
Los discípulos tienen experiencia del Espíritu debido a la presencia de Jesús, en quien mora el Padre (14,10); pero esa experiencia será mayor en el futuro, cuando llegue la interiorización que Jesús les promete. Cuando dé el Espíritu (7,39), éste estará en ellos como principio dinámico y vivificador.
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