martes, 4 de abril de 2023

Jn 14,3

 <<Además, cuando vaya y os lo prepare, vendré de nuevo y os acogeré conmigo; así, donde estoy yo, también vosotros estaréis>>.

Jesús, el Hijo y heredero universal del Padre (1,14; 3,35; 13,3), va a acoger en su hogar a los suyos. Él va a dar la libertad a los esclavos (8,35s). Con este lenguaje figurado describe Jn la nueva relación de cada discípulo y de la comunidad con Dios. Ésta ya no es el Señor tremendo, de presencia sobrecogedora, ante el cual los hombres son siervos, es el Padre; los hombres podrán ser sus hijos, hermanos de Jesús (20,17), y vivir en su intimidad.

El mismo tema será desarrollado en 14,19-20.23. Jesús acogerá a los suyos consigo, porque es a través de la identificación con él, el Hijo único, producida por el Espíritu, como sus discípulos estarán unidos con el Padre. Va a verificarse lo anunciado en 1,51, donde, tomando pie de la visión de Jacob, les prometía que verían en él la plena comunicación de Dios con los hombres.

La frase donde estoy yo aparece además en 7,34 (cf. Lect.). 36; 12,26; 17,24. Equivale a haber nacido del Espíritu (3,6s), que lleva a término la creación. En Jesús, el proyecto de Hombre quedó realizado desde el principio (1,14), por la comunicación total de Dios a él (1,32ss: el Espíritu); su vida y su muerte son la manifestación del amor sin límite. Desde el principio tuvo la plenitud del amor, pero éste se va realizando en sus obras-señales que culminan en su muerte (1,17). En Jesús no hay obstáculo, pero sí va traduciendo en obras la respuesta a su dinamismo de amor. En él se aprende hasta dónde puede llegar la acción de Dios en el hombre y de él se recibe la capacidad para seguir su camino.

Los demás hombres nacen del Espíritu para comenzar la vida nueva, y crecen en el Espíritu a medida que se eliminan los obstáculos a su acción. Han de recorrer un camino como el de Jesús, de semejanza con el Padre, haciéndose hijos de Dios (1,12); cuando lleguen al don de sí total quedará acabado en ellos el proyecto. En Jesús hay realización progresiva; en el hombre, crecimiento. Por eso es modelo para todos, porque su camino es el del Hombre acabado. Es desde el principio el Hijo de Dios con la plenitud del Espíritu (1,32.34); por eso es el Dios engendrado (1,18). No se dice que <<nace de Dios>>, porque <<nacer de Dios>> significa en Jn recibir la capacidad de hacerse hijo con el modo de obrar (1,12-13).

<<Los Judíos>> eran incapaces de ir adonde está Jesús (7,34), por ser opresores del hombre. No podían nacer del Espíritu, por no estar dispuestos a cesar en su injusticia. Por eso no aceptan como Mesías a Jesús, que va a la muerte para salvar al hombre.

En 12,26: El que quiera ayudarme, que me siga, y así, allí donde yo estoy, estará también el que me ayuda. Jesús afirma que es la decisión de seguirlo y ayudarlo en su tarea la que da al hombre el nuevo nacimiento y causa la acogida del Padre (el Padre lo honrará). A la respuesta del hombre, que se decide a seguir a Jesús, corresponde el don del Espíritu y la pertenencia a la familia de Dios.

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