<<habéis oído lo que os dije: que me marcho para volver con vosotros. Si me amarais, os alegraríais de que me vaya con el Padre, porque el Padre es más que yo>>.
Cita sus palabras anteriores para tranquilizarlos de nuevo; su ausencia no es definitiva, ni siquiera prolongada. Ir al Padre, aunque sea a través de la muerte, no es una tragedia, puesto que su muerte va a ser la manifestación suprema del amor del Padre (12,27s), la victoria sobre el mundo y la muerte. El Padre es más que él, porque en él tiene Jesús su origen (1,32; 3,13.31; 6,51), el Padre lo ha consagrado y enviado (10,36) y todo lo que tiene procede del Padre (3,35; 5,26s; 17,7).
No hay comentarios:
Publicar un comentario