miércoles, 5 de abril de 2023

Jn 14,6a

 Respondió Jesús: <<Yo soy el camino, la verdad y la vida>>.

Jesús expone en primer lugar cuál es el camino; a continuación manifiesta quién es la meta (el Padre). Él mismo se define como el camino, pero uniendo esta cualidad suya a otras dos: la verdad y la vida. Hay que examinar el significado de los términos y su relación.

<<Camino>> es un concepto relativo, subordinado a un término, al que conduce. <<Verdad>>, por su parte, es un concepto adjetival, que supone un contenido y se refiere a él. En el prólogo ha quedado patente que la verdad/luz tiene como contenido la vida (1,4: Ella contenía vida y la vida era la luz del hombre). De los tres términos, por tanto, el único absoluto es <<la vida>> (cf. 11,25); los otros dos han de estar en relación con ella.

Jesús es la vida porque es el único que la posee en plenitud y puede comunicarla (5,26). Por ser la vida plena es la verdad total, es decir, puede conocerse y formularse como la plena realidad del hombre y de Dios. Es el único camino, porque sólo su vida y su muerte muestran al hombre el itinerario que lo lleva a realizarse. Seguirlo, por tanto, consiste en recorrer su camino, asimilarse a su vida y muerte.

Desde el punto de vista del discípulo, Jesús es la vida, porque de él la recibe por el nuevo nacimiento que produce el Espíritu (1,13; 3,3-7; 4,14; 7,37-39); esa vida nueva experimentada y consciente es la verdad que él percibe sobre sí mismo y sobre Dios, que le manifiesta su amor (8,32 Lect.). Pero el camino, la asimilación progresiva a Jesús, da un carácter dinámico de crecimiento a su vida y verdad. Desde el principio, la vida se revela en el discípulo como verdad, pero a medida que progresa en ella, la va descubriendo cada vez más. Lo que en Jesús se encuentra en su cumbre definitiva, en el discípulo es adquisición gradual, por su entrega e imitación a Jesús. Al don de sí total corresponde la plenitud de vida y de verdad, el final del camino, donde la plenitud del hombre encuentra la plenitud de Dios.

Jesús es así el camino de los que poseen la vida y, con ella, la verdad, para llevarlas a su pleno desarrollo. El camino ha quedado expresado en su mandamiento (13,34s); la verdad era <<su barro>>, que puso en los ojos del ciego (9,6); la vida es el Espíritu que comunica (7,37-39).


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Jn 21,24-25

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