<<No os voy a dejar desamparados, volveré con vosotros. Dentro de poco, el mundo dejará de verme; vosotros, en cambio, me veréis, porque yo tengo vida y también vosotros la tendréis>>.
Jesús está preparando a sus discípulos para el momento de su ausencia; les da todas las seguridades para que no estén intranquilos (14,1). No los dejará desamparados, huérfanos. El término tiene fuertes connotaciones del AT, donde el huérfano es prototipo del que está a merced de los poderosos; es aquel con quien se cometen todas las injusticias (cf. por ejemplo, Is 1,17-23; 10,2; Jr 5,28; 7,6; 22,3; Ez 22,7; Os 14,4). Jesús no va a dejar a los suyos indefensos.
Su ausencia no será definitiva, promete su vuelta para dentro de poco. La oposición <<no ver-ver>> es correlativa de <<no manifestarse-manifestarse>> de 14,21s. El mundo dejará de verlo después de su muerte porque Jesús no se manifestará a él; los discípulos podrán <<verlo/contemplarlo>>. En términos de visión se describe la comunión de vida con él; los discípulos participarán de su vida por participar de su Espíritu, que efectuará la comunión de Jesús con los suyos.
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