<<´Paz´ es mi despedida; paz os deseo, la mía, pero yo no me despido como se despide todo el mundo. No estéis intranquilos ni tengáis miedo>>.
Jesús se despide deseándoles la paz. Éste era el saludo ordinario al llegar y al despedirse. Su paz, sin embargo, es diferente: no es un saludo trivial. Tampoco se despide como todos, porque él se va, pero no va a estar ausente. Esto debe darles la serenidad y quitarles todo temor. Cierra Jesús esta parte de su instrucción como la había comenzado (14,1).
No hay comentarios:
Publicar un comentario