<<Al saltar a tierra vieron puestas unas brasas, un pescado encima y pan>>.
En <<la tierra>>, lo primero que ven no es a Jesús, sino el fuego y la comida que ha preparado, expresión de su amor a ellos. Jesús sigue siendo el amigo que se pone al servicio de los suyos. La eucaristía, señal de su acogida, es el don de Jesús a sus amigos, que corona la misión cumplida.
Los alimentos que ven los discípulos son los mismos que Jesús había repartido en la segunda Pascua: pan y pescado (6,9.11). El pan dio origen al discurso de Jesús sobre el pan de vida; lo identificó con su carne, dada para que el mundo viva (6,51); ése es el que ahora ofrece. Después de haber dado su vida, puede dar su pan, que es él mismo. En aquella ocasión fue Jesús quien repartió lo que todos tenían (6,9.11), ahora es él quien prepara de comer. Provee su alimento, que es vida para ellos.
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