<<¡Padre, manifiesta la gloria de tu persona!>>
Jesús reacciona contra su estado de ánimo reafirmando su decisión de llevar a cabo su obra; por eso pide al Padre que manifieste su gloria, su amor fiel, <<La persona>> designa al Padre presente en el Hombre Jesús (12,45; 14,9-10), quien, en sus obras, lo hace patente como principio de amor activo y, así, manifiesta su gloria. Jesús le pide ahora que la manifieste en él una vez más, al afrontar la prueba final.
Su tentación ha sido recurrir al Padre para obtener una intervención que lo sacara de la situación crítica en que se encuentra; era la idea del Dios refugio, que permite esquivar la propia responsabilidad y destino. Jesús, en cambio, rechaza esa tentación y reafirma su fidelidad a la misión recibida (10,17s): pide al Padre que realice su designio en él y a través de él, manifestando su amor en su propia entrega. Así la humanidad podrá ver en la realización de su obra la acción misma del Padre.
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