<<Mientras tenéis luz, prestad adhesión a la luz, y así seréis partícipes de la luz>>.
Jesús insiste en que prescindan de ideas preconcebidas y den su adhesión a la luz, para poseer la luz de la vida (8,12). Participar de la luz es efecto de su comunicación. La luz se posee como propia, igual que el agua recibida de Jesús, que en cada uno se convierte en un manantial interior (4,14)d. La luz, que es la vida, se integra en la persona.
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