Dicho esto, se marchó y llamó a María, su hermana, diciéndole en secreto: <<El Maestro está ahí y te llama>>.
El recado a María en voz baja delata la hostilidad que reinaba contra Jesús en los ambientes oficiales, a los que pertenecían, al menos como simpatizantes, los judíos que habían ido a visitar a las hermanas (11,19). Al mismo tiempo insinúa la existencia de comunidades clandestinas en ambientes enemigos (cf. 19,38).
Marta llama a su hermana, pero, en realidad, no hace más que transmitir la llamada de Jesús. De hecho, éste no le ha dado ningún recado para María, pero ella interpreta la llegada de Jesús como una llamada a los suyos. La venida de Jesús, a la comunidad es una muestra de amor que reclama una respuesta.
Marta, que ha encontrado a Jesús en el doble sentido, local y de fe plena, va a buscar a su hermana, como Andrés buscó a su hermano Simón Pedro (1,41) y Felipe a Natanael (1,45). No va para hacerle conocer a Jesús como en los dos casos citados, puesto que María ya lo conoce, sino porque sabe que María debe oír de labios de Jesús lo que ella ha oído. De ahí que lo llame <<el Maestro>>. En la comunidad es Jesús quien enseña directamente a todos.
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