domingo, 8 de enero de 2023

Jn 11,40

 Le contestó Jesús: <<¿No te he dicho que si llegas a creer verás la gloria de Dios?>>.

Jesús se refiere a sus palabras anteriores. Había preguntado a Marta si creía lo que él le había dicho: Yo soy la resurrección y la vida, y su consecuencia: el que me presta adhesión, aunque muera, vivirá (11,25). Esta vida que vence la muerte manifiesta la gloria de Dios. Si Marta cree, es decir, si se adhiere a Jesús como resurrección y vida, verá los efectos de su amor al hombre, la vida de su hermano.

Jesús reprocha a Marta su incredulidad. Su amor ha realizado ya su obra en Lázaro, pero ella no puede verlo hasta que no llegue a creer. Se lo impide su persistencia en la antigua concepción, representada por la losa que cierra el sepulcro. La fe aparece aquí como condición para ver / experimentar personalmente (verás) la gloria-amor de Dios, manifestado en el don de la vida definitiva.

La frase de Jesús a Marta (verás) enlaza este episodio con la promesa hecha a Natanael: Cosas más grandes verás (1,50) y anticipa el cumplimiento de la segunda promesa, dirigida a todos los discípulos: Veréis el cielo quedar abierto ... (1,51 Lect.); ésta se verificará en la manifestación suprema de la gloria, Jesús en la cruz (19,35: Mirarán al que traspasaron). La gloria que va a manifestarse es la de Dios (11,40) y la del Hijo de Dios (11,4), un mismo amor, el del Padre, presente en Jesús y activo en su persona.

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Jn 21,24-25

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