Los sumos sacerdotes y los fariseos reunieron entonces una sesión del Consejo.
Es la segunda vez que Jn nota la fuerza del grupo fariseo, capaz de poner en movimiento el aparato de poder (cf. 7,32). Se convoca una reunión oficial en la que participan los sumos sacerdotes, poder político-religioso, y los fariseos, grupo al cual pertenecían la mayor parte de los letrados del Consejo y que detentaba el influjo espiritual sobre el pueblo. Unos y otros pasan por representantes de Dios, los primeros por su cargo, los segundos por su ciencia y su observancia ejemplar de la Ley. Son los mismos dos grupos que dieron orden de detener a Jesús en el templo (7,32.45).
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