Dijo Jesús: <<Quitad la losa>>. Le dice Marta, la hermana del difunto: <<Señor, ya huele mal, lleva cuatro días>>.
La orden de Jesús pide a la comunidad que se despoje de esa creencia que demora la resurrección hasta el final, separando a los vivos de los muertos. Lo mismo que el paralítico tenía que disponer de su camilla, también esta comunidad tiene ella misma que echar a un lado la mentalidad que le impide creer plenamente en Jesús.
El texto subraya de nuevo el vínculo entre Marta y Lázaro, el muerto. La comunidad piensa que la muerte es el fin (el difunto). Marta objeta a la orden de Jesús. La nueva mención de los cuatro días (11,17 Lect.) subraya los estragos de la muerte y muestra una vez más que la hermana no ve diferencia entre la muerte de un discípulo y la que ha sufrido la humanidad desde siempre. No cree que la adhesión a Jesús haya cambiado la condición del hombre. La fe expresada antes por Marta, clara en su formulación (11,27), vacila ante la cruda realidad (ya huele mal); no conoce la calidad del amor de Dios ni el alcance de su obra creadora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario