<<Desde aquel momento Pilato trataba de soltarlo>>.
Pilato no había buscado justificarse con la voluntad de Dios para cometer la injusticia; había invocado su propia autoridad. Al descubrirle Jesús la responsabilidad que pesa sobre él y que existe una instancia superior, comprende que no puede actuar arbitrariamente. De ahí que se esfuerce por soltar a Jesús, según su propósito frustrado (18,39). Él mismo acaba de afirmar que soltarlo estaba en su mano. Intenta zafarse de la presión e intereses de los dirigentes judíos; ve que está al borde de cometer una grave injusticia y quiere rectificar a tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario