<<...aunque no todos>>. (Es que sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: <<No todos estáis limpios>>).
En ese estado de limpieza hay, sin embargo, una excepción. Hay uno que se opone a Jesús, porque no comparte sus valores ni su programa. Quien rehúsa dar su adhesión a Jesús está separado de Dios. Cesa la antigua pureza legal, que se perdía por el contacto con objetos o por funciones naturales. La actitud ante el hombre, representado por Jesús, determina la situación ante Dios.
Judas, aunque Jesús le ha lavado los pies, no está limpio. Esto indica de nuevo que el lavado no significaba purificación; la limpieza o no limpieza precedían a la acción de Jesús, y ésta no ha cambiado la situación. Jesús, sin embargo, no ha excluido a Judas de su aceptación ni de su amor. Le ha dado la misma muestra que a los demás, aun bien consciente de la traición que prepara. Sus palabras: aunque no todos, avisan al traidor de que conoce su actitud.
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