Antes de la fiesta de la Pascua.
Se omite toda mención de ciudad o lugar. Jerusalén ha sido nombrada por última vez en 12,12. Jesús había roto definitivamente con Jerusalén y el templo, ciudadela del sistema opresor, tierra de la esclavitud. El lugar lo crea su presencia (6,10 Lect.).
Desde la escena de Betania (12,1), esta última Pascua no se llama ya la Pascua de los Judíos, porque ahora es la Pascua de Jesús, el Cordero de Dios que va a liberar a la humanidad de su pecado. Ésta va a ser la Pascua de la liberación del hombre: va a permitirle el éxodo de la tiniebla a la luz (8,12, cf. 4,34), va a inaugurar la vida y la fiesta (7,37); será el último día (cf. 6,39 Lect.; 6,40; 7,37), en que todo quedará terminado (19,30).
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