Cuando salió, dijo Jesús: <<Ahora acaba de manifestarse la gloria de este Hombre, y así la gloria de Dios se ha manifestado en él>>.
Al terminar el lavado de los pies, había explicado Jesús su significado (13,12). Ahora interpreta la salida de Judas, que va a entregarlo. Explica su aceptación de la muerte en términos de manifestación de su gloria, que se identifica con la de Dios. El Hombre que realiza el proyecto de Dios manifiesta la gloria/amor en toda su plenitud (1,14).
Jesús ha aceptado su muerte; es más, ha puesto libremente su vida en manos de sus enemigos por amor al hombre, para salvarlo. Su muerte es la gran prueba del amor de Dios, que da a su Hijo único (3,16).
La construcción acaba de manifestarse la gloria de este Hombre pone en primer término la manifestación de la gloria; pero el amor manifestado es el de Dios mismo, tan grande que, traducido por Jesús en términos humanos, llega a dar su propia vida por los hombres.
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