Le repuso Jesús: <<Si no dejas que te lave, no tienes nada que ver conmigo>>.
Si no admite la igualdad, no puede estar con Jesús. Hay que aceptar que no haya jefes, sino servidores (cf. Mc 10,45 y parals.): Jesús, el Señor, es miembro de una comunidad de servicio; quien rechaza este rasgo distintivo de su grupo queda excluido de la unión con Jesús, su centro y fundamento. Su amenazadora declaración (Si no ... no tienes nada que ver conmigo) muestra lo grave de la actitud de Pedro. La mentalidad de éste es incompatible con la de Jesús y corre peligro. Para él, la acción de Jesús es intolerable (cf. 6,60), y éste le avisa que está al borde de la defección (cf. 6,66).
11, 32-11, Evangelio de Marcos. VI. CENTRO DEL SEGUNDO PERÍODO. LA SUBIDA A JERUSALÉN. 10
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