Cuando les lavó los pies, tomó su manto y se recostó de nuevo a la mesa. Entonces les dijo: <<¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros?>>.
Con la primera frase cierra Jn claramente el marco de la acción anterior (13,4: se levantó de la mesa, dejó el manto y, tomando un paño, se lo ató a la cintura; 13,12: tomó su manto y se recostó de nuevo a la mesa), que tiene el significado de testamento-mandamiento. Como se ve por el paralelo entre el principio y el final (13,4.12), Jesús, al volver a la mesa, no se quita el paño, señal de su servicio, que culminará en su muerte, pero continuará para siempre (13,5 Lect.). Por otra parte, sin embargo, al volver a la posición de hombre libre (se recostó a la mesa) con el paño puesto, muestra que el servicio prestado por amor no disminuye la libertad ni la dignidad del hombre. Se integra ahora en el grupo de iguales que ha creado con su gesto. Los ha hecho libres (señores), pero no ha dejado él de ser libre y señor. Con su pregunta: ¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros?, quiere evitar que se interprete erróneamente su gesto, como un simple acto de humildad.
La frase de Jesús (lit.: lo que he dejado hecho con vosotros), señala, en primer lugar, la intención de Jesús de dar a su acción validez permanente para los suyos; pero al mismo tiempo, desde la perspectiva de la comunidad, el recuerdo de una acción que permanece y conserva en ella su vigencia.
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