Mientras cenaban (el Enemigo había ya inducido a Judas de Simón Iscariote a entregarlo).
Jesús estaba cenando con los suyos. No se trata de la comida ritual de Pascua, anticipada, sino de una cena ordinaria. Jesús no celebra el rito establecido, la cena cristiana no es una continuación de la judía. Aparece de nuevo la ruptura de Jesús con las instituciones de la antigua alianza. La cena pascual cristiana, la cena de su éxodo, será la de su cuerpo y su sangre, preparados en la cruz (6,51.54; 19,31: Preparación, el día solemne).
<<El Enemigo>> ha sido presentado como <<el padre>> de los dirigentes judíos; es el principio de homicidio y mentira que inspira al círculo de poder: el dios-dinero, entronizado en el templo (8,44a Lect.). Dios, que es Espíritu (4,24), engendra como Padre hombres que son <<espíritu>> (3,6); el Enemigo/diablo engendra como padre hombres que son enemigo/diablo (6,70). El hombre nace de Dios al recibir su amor (el Espíritu) y tomar por norma de conducta el bien de los demás; nace del Enemigo (el dinero) al recibir el anti-amor (el deseo de lucro) y tomar por norma el interés propio despojando a los demás (12,6: ladrón = explotador); para ello usa como armas la violencia y la mentira (8,44: homicida y mentiroso).
<<El Enemigo>>, por tanto, el dios que es el propio interés, traducido en la ambición y la codicia, ha inducido ya a Judas a entregar a Jesús. Él está dispuesto a llevar a la práctica <<los deseos de su padre>>. Va a convertirse en su agente, aliándose con el círculo de poder. La decisión última, su identificación completa con el deseo del Enemigo, la hará al recibir la muestra de amor de Jesús (13,27).
La comunidad de intereses y de actitud entre Judas y los dirigentes parece estar indicada también por la raíz común de las designaciones: Judas-Judíos-Judea. El discípulo es un enemigo de Jesús, como lo son los Judíos que quieren matarlo (7,1); éstos dominan en la región de Judea, donde no ha sido acogido Jesús (4,1-3) y donde corre peligro (7,1; 11,7-8).
Por segunda vez aparece la denominación Judas de Simón Iscariote, que se encuentra en las tres ocasiones en que es mencionado Judas (6,71; 13,2.26) en proximidad con Simón Pedro (6,68; 13,6.9.24.36). Según se indicó en su lugar (6,71 Lect.), esta intencionada aproximación induce a pensar que el evangelista insinúa cierta comunidad de rasgos (representada por la coincidencia del nombre Simón con el patronímico de Judas) entre Judas y Pedro, los dos traidores, uno de obra y otro de palabra, uno entregando y el otro negando a Jesús. En la cena, última vez que aparecen juntos, Jesús descubrirá la traición de Judas (13,26) y anunciará a Pedro sus negaciones (13,38).
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