Fueron después adonde estaba Juan y le dijeron: <<Maestro>>.
Como resultado de la discusión, y enterados de la actividad de Jesús, los discípulos, cuya localización no se precisa, van a ver a Juan para informarlo. Se muestran alarmados, considerando a Jesús como un rival de su maestro, y exponen su amargura o su irritación.
Usan con Juan el tratamiento respetuoso que se daba a los letrados (Rabbí, maestro, cf. 3,2), usado hasta ahora solamente para dirigirse a Jesús: 1,38: dos discípulos; 1,49: Natanael; 33,2: Nicodemo. Éstos, en cambio, consideran a Juan, no a Jesús, como su propio maestro; ya forman un grupo que quiere erigir a Juan en líder.
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