<<Yo soy el pan vivo bajado del cielo; el que come pan de éste vivirá para siempre>>.
Nótese la diferencia con la frase anterior (6,50). El pan que bajaba continuamente, como don siempre ofrecido, se describe ahora como el pan que bajó, señalando el momento inicial de su presencia en el mundo; abre así un período de tiempo que terminará con el don de sí mismo, como pan y como carne (6,51b), en su muerte.
Con esta frase resume Jesús todo su pensamiento anterior, antes de precisar el modo como va a ser alimento.
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