Les replicó Jesús: <<Una obra realicé y todos seguís desconcertados>>.
La hostilidad de sus adversarios se debe a la curación del inválido (5,16-18). Con ella, sin embargo, Jesús ha realizado en un hombre la obra encargada por el Padre (4,34), trabajando como el Padre miso trabaja (5,17). Pero con su acción y con la controversia siguiente (5,19ss) Jesús había derribado la autoridad de los dirigentes, y ellos se la tienen jurada. La osadía de Jesús al poner en tela de juicio el dogma indiscutible, la validez perenne de la Ley, tiene a todos desconcertados.
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